Apenas se vislumbran las posibilidades de entendimiento entre el Gobierno y la oposición en esta legislatura. Menos aún sobre cómo gestionar la crisis de Cataluña. Ni el PP ve voluntad de consenso real tras las llamadas del Ejecutivo a la «corresponsabilidad» en lo territorial ni ... en las filas socialistas detectan motivos para pensar que la censura integral de los populares vaya a ceder terreno a la colaboración. En este marco, la mesa de diálogo con la Generalitat no hizo este miércoles sino agrandar el abismo que separa a ambas fuerzas políticas.
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En realidad, en el relato que el PP ha construido, prácticamente desde la llegada de Pablo Casado a la presidencia del partido, el distanciamiento de hoy tendría raíces más profundas, pese a que en la legislatura pasada sí fue posible el acuerdo entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
Hace meses que los populares se remontan al período de José Luis Rodríguez Zapatero y a la negociación del Estatuto catalán para atribuir al socialismo una posición de complicidad continuada con los nacionalistas. Así, en el hilo argumental del PP, las propuestas de corte federalista del PSOE no han sido más que pasos de una senda que este miércoles llevó al Gobierno a reunirse con la Generalitat en la Moncloa.
«La mesa bilateral es el último acto del proceso de absorción del socialismo por parte del nacionalismo», llegó a sentenciar Cayetana Álvarez de Toledo. Más aún, la portavoz de los populares en el Congreso interpretó el encuentro de este miércoles como «el entierro de la izquierda española».
Poco antes, su jefe de filas, Pablo Casado, había acusado al Gobierno de sentarse en una «mesa de despiece de la soberanía nacional, de la solidaridad interterritorial y de la igualdad» y, además, con «apariencia de cumbre de Estado». El líder de los populares vio este miércoles una «humillación» en el «diálogo» del Ejecutivo, y se remontó a la reunión de 2018 entre Sánchez y Quim Torra como semilla de los contactos actuales. «Disfrute, como siempre, posando de la foto -le espetó al presidente-, si ya fue una foto que intentó en Pedralbes hace un año».
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Apenas un mes después de aquel encuentro del 20 de diciembre en Barcelona, el Gobierno contempló la figura del «relator» para «coordinar» una mesa de partidos sobre Cataluña. Y ese gesto, que Casado consideró una cesión a Torra y un acto de «alta traición», fue el argumento con el que PP, Ciudadanos y Vox se manifestaron en la Plaza de Colón.
Estos días, los tres partidos, aun con otro tono, vuelven a compartir la crítica a la estrategia de Sánchez. Ciudadanos afeó al Gobierno haber «regalado» a Torra una «foto» para «vender el independentismo en el extranjero». Y pronto podrían verse en la tesitura de decidir si salen a la calle.
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La cofundadora de UPyD Rosa Díez presentó hoy, junto al filósofo Fernando Savater, la exdirigente del PP María San Gil y el exdiputado del PSOE Jesús Cuadrado, la plataforma Unión 78 en defensa de la Constitución y contra las posibles cesiones del Gobierno al secesionismo. Una iniciativa que comparan con el movimiento Basta Ya en el País Vasco y que prevé una primera movilización en Madrid el mes que viene. De momento, Álvarez de Toledo se muestra partidaria de que los populares se adhieran a la convocatoria.
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