Casado se desmarca del «pasado» pero descarta un cambio de siglas

Frente a quienes creen que la refundación del PP sería inevitable en el caso de que se evidenciara que su predecesor Mariano Rajoy conocía la existencia de una contabilidad paralela, Casado defendió que las siglas no son responsables de lo que pasó «hace veinte años». Tampoco ve necesario la venta de la sede nacional de la calle Génova, en Madrid, cuya remodelación presuntamente se pagó con esa 'caja B' nutrida con donaciones de empresarios. «Mi partido –insistió– merece la pena».

El líder de los conservadores confesó su frustración y su hartazgo por tener que hablar en plena campaña electoral de las catalanas del 'caso Bárcenas', del que no siente ninguna responsabilidad porque forma parte de una herencia envenenada. Una situación que cree que no es casual y en la que volvió a señalar a la Fiscalía General del Estado que dirige Dolores Delgado como la mano negra detrás de la filtración del escrito de Bárcenas para socavar la credibilidad del PP. En su opinión, el Ministerio Público está «jugando con información» y su partido está sufriendo la «pena de telediario» coincidiendo con la contienda en Cataluña.

La reactivación del escándalo de la 'caja B' ha vuelto a poner contras las cuerdas a los populares a las puertas del 14-F. Aunque el PP al completo se ha volcado en la campaña para frenar la embestida de Vox, al que algunas encuestas ya sitúan por delante, en la dirección nacional son plenamente conscientes del daño electoral que les puede infligir Bárcenas. «Supone un coste electoral terrible, que yo estoy sufriendo por enésima vez», lamentó Casado, que recordó que el PP ya pagó el precio de la primera sentencia condenatoria de Gürtel cuando Sánchez desalojó del poder a Rajoy.

Tras años hablando de los 'papeles de Bárcenes' y de 'pendrives' robados, el jefe de los conservadores retó al exresponsable de finanzas del partido a dejar de marear la perdiz y a dar a conocer de una vez por todas las pruebas que dice tener en su poder. «Queremos que se sepa toda la verdad ya –aseveró–. Que si Bárcenas tiene pruebas que las ponga sobre la mesa». Aunque para él, el extesorero no tiene «ninguna credibilidad» porque «lleva mintiendo diez años».

El pasado 26 de enero, Bárcenas remitió un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en el que aseguraba que el PP se financió ilegalmente entre 1982 y 2009 y en el que ponía el foco sobre el expresidente Rajoy. Su sucesor se reafirmó en su compromiso de «ejemplaridad» y avisó de que no le «temblará el pulso» si el juez determina que existe responsabilidad de algún militante en el juicio obre la 'caja B' que se inició ayer en la Audiencia Nacional. Sea quien sea. «No voy a pasar ni una. Hay unos estatutos y será suspendido o expulsado, y lo quiero dejar muy claro», zanjó.