Casado apoya a sus presidentes autonómicos en la exigencia de más restricciones

El PP, que contrapone estos días el modelo de gestión de sus gobiernos autonómicos al de Pedro Sánchez, ha resuelto cerrar filas con sus dirigentes territoriales. Cultiva la idea de que algunos de ellos se «anticipan» en la toma de decisiones a un Gobierno, al que han reprochado desde el principio de la crisis sanitaria haber ido «por detrás de los acontecimientos». Es en este contexto en el que hoy Casado definió como «sensata» la decisión del presidente murciano, Fernando López Miras.

Fue el domingo, cuando tras la videoconferencia con Pedro Sánchez, el Gobierno de la Región de Murcia resolvió el cese de toda actividad no esencial y se dirigió al Ejecutivo. Desde el Ministerio de Sanidad, sin embargo, recordaron que, en plena vigencia del estado de alarma, este departamento es el único competente para firmar una orden de esa naturaleza, que, por ahora, no cuenta con el visto bueno de Pedro Sánchez. A juicio de Casado, en todo caso, esa podría ser una medida a «evaluar» dependiendo de la «zona» y subrayó que en la Comunidad de Madrid las circunstancias son distintas.

No es la primera vez que una autonomía del PP recibe el toque de atención de Sanidad. La semana pasada, el departamento que dirige Salvador Illa trasladó a la presidenta madrileña que el cierre de las peluquerías es competencia del Gobierno. Lo hizo después de que Isabel Díaz Ayuso anticipara su determinación de proceder al cese de esta actividad.

Explícita o soterrada, la crítica de los populares a la gestión gubernamental, si bien ha bajado de intensidad, no ha cesado. En todo caso, el PP, tal y como ratificó este lunes Casado tras conversar con Sánchez, aprobará en el Congreso la prórroga del estado de alarma, aun considerando tardías o insuficientes algunas medidas.