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Tras semanas de perfil bajo, el PP intentó buscar este lunes un espacio de oposición en la gestión de la crisis del coronavirus. De manera inusual, Pablo Casado compareció en la sede del partido para plantear su propio «plan de choque» ante a la expansión ... del COVID-19. Se centró, en todo caso, en las posibles consecuencias económicas y aprovechó para incluir en su propuesta las que vienen siendo las principales demandas de los populares desde las elecciones: que no se revierta la reforma laboral de Mariano Rajoy, que se supriman las subidas fiscales en materia tecnológica, financiera y medioambiental y se devuelva a las comunidades autónomas «los 2.500 millones de euros adeudados».
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Los populares, que hasta ahora se habían limitado a ofrecer su colaboración, estrenaron un discurso crítico con Sánchez, a quien reprochan no haber dado «la cara» pese a la «grave situación», dijo Casado, por los contagios de coronavirus. «Empezamos a ver ya cierta descoordinación -censuró- y nos preocupa que el Gobierno empiece a ir por detrás de los acontecimientos».
En su documento, el PP plantea reducir a la mitad el Impuesto de Sociedades a sectores afectados, como el turismo, y suprimir este tributo temporalmente en zonas de cuarentena -una circunstancia que aún no se ha dado en España-. También sugiere aplazar el cobro del IVA a las empresas perjudicadas, aprobar un fondo de garantía para pymes y autónomos y ampliar doce meses más la tarifa plana para estos últimos. Además, propone aprobar una partida para financiar las bajas por aislamiento y la reducción de jornada y aboga por permitir que los trabajadores en ERE no consuman su tiempo de prestación durante la suspensión del contrato».
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Por último, defiende impulsar un plan de contingencia que refuerce los recursos de las comunidades y sacar adelante un paquete legislativo «para eliminar trabas burocráticas y potenciar la unidad de mercado y la internacionalización».
«Cuando el Gobierno no propone nada, a veces tiene que ser la oposición quien lo haga», reprochó Casado. Los populares, sin embargo, no se habían puesto en contacto este lunes con el Ejecutivo para impulsar su plan y esperaron a que fuera Sánchez quien telefoneara. Según fuentes del partido, en la llamada, el líder del PP trasladó al presidente su «apoyo a todas las medidas que tenga que tomar». Ahora pedirá que comparezca en el Congreso cuando la situación lo permita.
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