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La precampaña terminó de enterrar hoy el pulso por un «acento propio» para el PP del País Vasco que había mantenido en los últimos meses el ya expresidente territorial del partido, Alfonso Alonso. En el estreno de la carrera electoral, el nuevo cabeza de cartel ... de los populares y Ciudadanos, Carlos Iturgaiz, exhibió su total sintonía con Pablo Casado, con quien espera contar en las próximas semanas camino de las urnas. «El PP del País Vasco está a tu servicio, estamos muy orgullosos de que seas nuestro presidente y, además, de que nos acompañes, que te vamos a estrujar y te vamos a traer en muchas ocasiones», anticipó a poco más de un mes para los comicios.
Los populares no llegan a las elecciones vascas del 5 de abril en su mejor estado de forma. Cargos del partido lamentan la factura, aun más alta de la prevista, que les puede pasar la crisis interna que el domingo culminó con la decisión de Casado de relevar a Alonso como candidato. Un movimiento con el que, además, creen que su presidente no tendrá más remedio que asumir el resultado electoral que obtenga ahora el PP.
Las tensiones entre la dirección territorial y la nacional terminaron de estallar la semana pasada en la negociación con Ciudadanos para conformar una coalición que ha concedido a los liberales «dos puestos de salida» en las candidaturas. Y ahora, la elección de Iturgaiz no termina de verse como eficaz en la formación conservadora, donde, pese a la empatía con el exdirigente vasco, creen que evoca «otro tiempo» político y que aterriza tras una tormenta que «sólo perjudica» a los populares.
En la dirección nacional, sin embargo, se muestran convencidos de haber dado con un nombre «conocido», que despierta, a su juicio, pocas antipatías en el PP vasco y que permite que las filas sigan, más o menos, prietas, aun por la cercanía de los comicios, hasta el 5 de abril. Además, ponen énfasis en haber logrado sellar una coalición que podría servir de base para una convergencia futura con Ciudadanos en las generales. Su prioridad.
Casado, que el martes ya consideró los comicios de País Vasco y Galicia un «paso fundamental» para poder impulsar la alianza cuando se abran las urnas al Congreso y el Senado, volvió a ensalzar hoy la operación y a enmarcarla en un gesto de «generosidad» del PP. Defendió la unión frente a la «ruptura del consenso constitucional» que reprocha al Gobierno por contar con, entre otros, los votos de Bildu en la Cámara baja. «Siempre los votantes premian –añadió, pese al escepticismo de representantes de su partido sobre el resultado del 5-A en el País Vasco– a los que se ponen de acuerdo para defender los objetivos que han dado sentido a nuestra acción política».
El proyecto del PP para estos comicios quedó resumido en tres ejes: unidad de España, Constitución y «libertades». Así lo trasladó Iturgaiz. No fueron casuales ni la presencia del líder del partido ni la elección del municipio, Ermua, la localidad de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, y una de las que sufren las consecuencias del derrumbe del vertedero de Zaldibar. Allí, el presidente de los populares recordó la trayectoria de su candidato cuando aún existía el terrorismo y le presentó como la opción a escoger frente a un PNV que no concibe como «honrado» ni buen administrador. «Aire fresco», reivindicó.
«La única alternativa a Urkullu es Iturgaiz. La única al nacionalismo sectario es la coalición de PP y Ciudadanos. La única alternativa a la mala gestión y al supremacismo –señaló– en lo social, en lo político y en la ética de reivindicar nuestra historia tan dura en el País Vasco es este equipo humano».
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