Su continuidad como cabeza visible del PP en el Congreso ha quedado garantizada, pese a la controversia interna por su desmarque «recurrente» de la línea oficial del partido. Cayetana Álvarez de Toledo ha cerrado la semana con el aval público de Pablo Casado, que, ... en vísperas del 8-M y en un acto junto a las mujeres de la formación conservadora, ha ensalzado como «extraordinaria portavoz» y «una persona que siempre ha decidido ser libre» a su mano derecha en la Cámara baja. «Creo que la coherencia en la vida -le ha reconocido- es el mejor pasaporte para la credibilidad».
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En los últimos días ha ido creciendo el malestar en las filas del PP, donde amplios sectores lamentan que en el ejercicio de la portavocía parlamentaria Álvarez de Toledo no asuma la estrategia y los mensajes que marca la dirección nacional. El lunes, su pronunciamiento sobre un medio de comunicación frente al desafío independentista removió a los cuadros populares. «La Sexta -sostuvo en una entrevista en Onda Cero- hace negocio con la erosión de los valores de nuestra democracia». A esa hora, en un plató, Pablo Casado denunciaba precisamente la actitud del vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias ante la prensa.
«Nos deja en una situación muy comprometida», lamentaron fuentes del PP. 24 horas después, sin embargo, la decisión de Álvarez de Toledo de no asistir a la manifestación del 8-M, a la que este año sí se sumarán dirigentes del partido, desató una polémica aún mayor. «Soy feminista amazónica de la escuela de Camille Paglia», marcó distancias la portavoz, que niega la existencia de una «política machista que decide someter a las mujeres» y que ve en el enfoque de las movilizaciones «una protesta enfadada y pesimista contra una presunta cultura heteropatriarcal capitalista».
En el PP no censuran su perspectiva o que no acuda el domingo a la manifestación. Si bien la dirección del partido ha rectificado su postura de 2019, cuando a última hora suspendió su presencia en la convocatoria central del 8-M, cada cual, subrayan en Génova, es «libre» de hacer lo que estime oportuno. De hecho, no todas las representantes de la cúpula saldrán a la calle. Pero los argumentos que contravienen la línea oficial, una línea meditada y discutida en las altas instancias de la formación, sí despiertan incomodidad.
Cómo afrontar el 8-M sigue generando debate y contradicciones en el partido, donde no ha resultado sencillo priorizar que, más allá del contenido del comunicado que se lea en la manifestación de Madrid y de si se comparte o no plenamente o de manera parcial, quienes secundan la movilización son mujeres de «todas las edades y sensibilidades políticas» que reivindican su propia voz en la sociedad. Pero, además, tras el cambio de posición también hay un afán de distanciar al PP de Vox y hacerlo en asuntos nucleares con argumentos más centrados.
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En este marco, las declaraciones de Álvarez de Toledo no reman en la misma dirección, aunque otras fuentes, tanto de la cúpula como próximas a Génova, ponen en valor que ella conecte, al menos en este terreno, con «una parte del electorado» que podría llegar a simpatizar con el partido de Santiago Abascal. «Pablo (Casado) -deducen- no prescindirá de ella».
No se trata, en todo caso, de una estrategia calculada. Y lo que asumen en todas las estructuras del partido es que no habrá en Álvarez de Toledo un cambio de actitud. «Va por libre -apunta un representante popular- y ha tomado conciencia de que puede expresarse como le dé la gana sin que eso comprometa su cargo». Su principal valedor sigue siendo, recuerdan en el PP, Pablo Casado, que ya mantuvo con firmeza su decisión de designarla portavoz pese a que en algunas organizaciones territoriales advirtieron sobre los problemas que ese nombramiento podría generar.
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Tras el 28-A, determinados sectores no creyeron apropiado para el puesto de la portavocía un perfil de la órbita de FAES y del expresidente José María Aznar y que abandonó el proyecto, además, en 2015 por profundas discrepancias manifiestas con Mariano Rajoy. Después de la herida de las primarias, no entendieron que Álvarez de Toledo fuera la persona para representar a todo el partido en el Congreso. «Es un error». Las mismas voces, en todo caso, situaron la razón de su elección en la sintonía con Casado, que hace gala de promover una política «sin complejos».
El presidente del PP se ha expresado, de hecho, este viernes en ese sentido y ha defendido su «valentía» escribiendo en el pasado «crónicas» en Venezuela. «Estoy extraordinariamente orgulloso -ha trasladado sobre Álvarez de Toledo- de que estemos dando esas batallas ideológicas sin levantar el tono, por mucho que algunos quieran poner decibelios donde no los hay, y, sobre todo, con el respeto de poder decir lo mismo que ha dicho toda la vida».
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