«Calma», «reflexión» y «diálogo», palabras clave para el indulto a Carme Forcadell

El segundo indicio de su «perfil bajo de reincidencia» son sus propias palabras, pronunciadas en dos ocasiones, ambas ya en prisión. Una vez en la radio, en octubre de 2019 cuando reconoció que «no actuaron de manera justa con la gente que no era independentista», según interpreta el Gobierno cuando ella dijo que faltó «empatía con la gente que no es independentista y que pueden no haberse sentido tratadas de manera justa». En ese discurso Forcadell añadió que «me gustaría que nos calmáramos. Todos, por dentro y por fuera. Estamos emocionalmente conmovidos. Tenemos que reflexionar profundamente y diseñar un futuro», reseña el documento del Ministerio de Justicia.

La segunda ocasión fue en julio de 2020, «en un encuentro en Tarragona con alcaldes y otros dirigentes» de ERC, cuando dijo: «hay diálogo siempre, porque todos los conflictos han de resolverse siempre con diálogo», según se cita en el texto. Especifica el Gobierno que la «búsqueda de soluciones dialogadas para mejorar la convivencia en Cataluña» es uno de los pilares de las propuestas de indultos a los líderes del 'procés', y Forcadell «parece a día de hoy decidida».

Las razones de utilidad pública dadas por el Gobierno, «vinculadas a la excepcional situación de Cataluña», para la liberación de la expresidenta del Parlament durante el proceso que concluyó con el referéndum del 1-0, están en su «relevante papel político y social», su «liderazgo público y social indiscutible» y su «estrecha vinculación» con ERC. «Ha sido durante muchos años y sigue siéndolo en la actualidad pese a no ejercer activamente ningún cargo institucional, un referente indiscutible en la vida social y política de Cataluña», sostiene el escrito. Conceder el indulto ayudará a «rebajar la tensión existente», porque Forcadell tiene un «importante valor simbólico para el independentismo que, junto a los no independentistas, considera injusta» su condena.

Mantener en prisión a la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) entre 2012 y 2015 representa «un claro obstáculo para la normalización de las relaciones entre las instituciones catalanas y las del Estado, así como un escollo para la superación del conflicto que protagoniza la política catalana en la última década», refrenda el ministro Juan Carlos Campo Moreno. Puede, por tanto, «reforzar las lógicas de desafección, generando una falsa percepción de injusticia en quienes ven a sus representantes encarcelados y en quienes consideran que el castigo es excesivo».

En la cárcel, Forcadell ha acatado «el cumplimiento de las normas» y ha tenido una «respuesta positiva a la confianza depositada en ella durante los permisos penitenciario». Y como «ya no desarrolla activamente ningún cargo político de relevancia», no ha vuelto a «instigar o cometer ningún otro acto de semejante significado al que motivó su condena» y tendrá una «avanzada edad cuando cumpla la condena» su riesgo de reincidencia es mínimo, valora el Gobierno. Forcadell, que estará apartada de las instituciones hasta el 8 de abril de 2031, tiene además la «visión de que su tarea en este proceso político está concluida».

La motivación del indulto no desmiente, sin embargo, ninguno de los hechos probados en la sentencia del Supremo, ni polemiza con su decisión. Forcadell, dice el Ministerio de Justicia, fue «una de las máximas responsables de los delitos que se cometieron» y además en sus años en la ANC «movilizó a cientos de miles de personas para participar en las marchas masivas convocadas» contra el Estado. El indulto mantiene la inhabilitación absoluta «que prácticamente imposibilita que se vuelva a cometer el mismo delito en las mismas circunstancias».

El Ejecutivo destaca que «nada puede objetarse» de la actuación del Supremo pero que lo «meramente jurídico» no lo es todo en la «valoración de la situación". «Al reproche jurídico debemos anudar además un análisis sereno sobre las repercusiones sociales y consecuencias políticas que derivan de estos hechos». Los indultos, sostiene el Ejecutivo para todos los presos del procés, «es la vía idónea para solventar la indeseable situación en la que nos encontramos».