El presidente de Asturias rechaza que Cataluña tenga un régimen fiscal propio

No había ninguna duda porque, aunque hasta ahora no se había pronunciado, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, se había preocupado de que su rechazo a la concesión de un concierto fiscal a Cataluña, como el que contempla el preacuerdo de investidura de Salvador Illa con ERC, quedara claro con las intervenciones de su vicepresidenta, Gimena Llanedo y de su consejero de Hacienda, Guillermo Peláez. Este viernes, reincorporado a la actividad del Gobierno tras unos días de descanso ha sido nítido: «No a la salida de cualquier comunidad autónoma del régimen común».

Barbón, uno de los únicos tres presidentes autonómicos socialistas que sobrevivieron al 'tsunami' de los comicios de 2023, no es Emiliano García-Page. A diferencia de lo que ocurre con el castellano-manchego, su sintonía con Pedro Sánchez ha sido siempre plena. Pero eso no le impedido, en este caso, desmarcarse de lo que no solo es un pacto entre el PSC y los independentistas republicanos, sino un cambio radical del modelo de financiación autonómica al que están sujetas todas las comunidades, a excepción del País Vasco y Navarra, que la ejecutiva del PSOE se comprometió a impulsar el martes en una ejecutiva 'exprés'.

Como Page el miércoles, el presidente asturiano ha remarcado que, pese a desear como el que más que Illa sea presidente de la Generalitat, lo acordado con ERC no le representa ni le vincula; algo que ya han manifestado también, de uno u otro modo, otros secretarios generales como el castellano-leonés, Luis Tudanca; el madrileño, Juan Lobato; el aragonés, Javier Lambán o el extremeño Miguel Ángel Gallardo, que ayer solicitó una convocatoria del Consejo de Política Federal, en el que están representados todos los líderes territoriales, para abordar el asunto.

Media decena de territorios comparten la reclamación de Gallardo, pero Ferraz no tiene ninguna prisa por atenderla, al menos hasta que la investidura del líder del PSC esté asegurada. Barbón no ha hecho especial hincapié en ello, pero sí ha dejado un recado. "No tengo duda de que la ejecutiva buscará el cauce de debate interno", ha dicho. Para él, en todo caso, la madre del cordero está en otro órgano, en este caso, institucional, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, en el que participan Gobierno y comunidades autónomas.

El presidente asturiano ha advertido de que cualquier cambio del sistema de financiación debe pasar por ese foro antes de ser llevado al Congreso de los diputados en forma de proyecto de ley. "Allí se abordará la propuesta que lleve el Gobierno y que nadie tenga duda de que nosotros defenderemos los intereses de Asturias", ha dicho. Si lo que se pone sobre la mesa son los planteamientos recogidos en el texto hecho público por los partidos firmantes esta semana -entre ellos, el de poner límite a la solidaridad interterritorial de manera que Cataluña no pueda quedar, tras su aportación, en una posición de renta per cápita inferior a la que ocuparía antes- su voto será 'no'.

Barbón ha descartado, sin embargo, que llegado el caso los diputados socialistas asturianos rompan la disciplina de voto en el Congreso. No diputados. "Los diputados nacionales del PP y del PSOE obedecen exclusivamente a las disposiciones e las comisiones ejecutivas nacional, en el caso del PP, y federal, en el caso del PSOE. Quiero dejarlo claro porque lo que menos tolero es andar con mentiras", ha avanzado.

El preacuerdo que hoy votan las bases de ERC deja muchas cuestiones relevantes en el aire en lo que al cambio del sistema de financiación se refiere. Entre otras cosas, no concreta cuál sería el porcentaje de sus tributos que Cataluña aporte para que los servicios prestados por las distintas autonomías alcancen niveles similares, eso sí, siempre que "lleven a cabo un esfuerzo fiscal también similar". Sánchez ha insistido estos días en que la solidaridad interterritorial y la igualdad están garantizadas (al menos mientras Illa sea presidente en Cataluña y él en España). Barbón, sin embargo, dio por sentado que, aunque no pueda calcularse aún cuánto, Asturias perderá con el cambio pactado.

El presidente del Principado ha asegurado que en estos días ha mantenido conversaciones con distintos miembros del Ejecutivo central, no con Sánchez, de la dirección federa y también con el propio candidato a la Generalitat. "Él tiene su posición. Yo la mía -ha resumido de forma elocuente-. Pero la conversación fue agradable".

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