Aznar apuesta por que Casado acuda a la convocatoria de Sánchez y establezca sus condiciones

No es que FAES vea el terreno abonado para el pacto, pero no por la tensión política a la que se refería Sánchez el fin de semana o por la «deslealtad» que reprochaban los socialistas la semana pasada a los populares. «Una izquierda dogmática y sectaria en un Gobierno fallido -recoge la nota de esta semana- son interlocutores muy poco prometedores».

De hecho, la fundación de Aznar parece coincidir con el análisis del PP, que estos días censura el tono empleado por la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en el pleno del jueves en la Cámara baja y pone en duda la voluntad negociadora de Sánchez. «La izquierda que insulta desde el columnismo obsceno o desde la tribuna del Congreso a través de personajes de probada inanidad intelectual y logorrea demagógica pide ahora desescalar la tensión política», cuestiona el texto, donde además se sostiene que la «credibilidad» del jefe del Ejecutivo «tendía vertiginosamente a cero» ya «antes del coronavirus».

En este escenario, FAES expone algunos de los factores que deberían darse para poder construir, a su entender, no unos «pactos» en plural, como los de la Moncloa en 1977, sino «un acuerdo para la estabilidad y la continuidad básica de las políticas económica, fiscal y laboral en los próximos años».

En realidad, la fundación apunta a un cambio de marco, tras haberse mostrado muy crítica con el partido de Pablo Iglesias y su presencia en el Gobierno en las últimas notas emitidas, en las que llegó a definir a la formación como «riesgo inasumible y amenazante para el sistema democrático». «Si Sánchez plantea los pactos como una forma de apuntalar su fórmula de gobierno con Podemos y los demás acompañantes -advierte-, simplemente fracasará». Es más, insta al Ejecutivo a «abandonar iniciativas y compañías desestabilizadoras», una forma de referirse a los socios del PSOE, y a abrirse a una «cooperación leal».

Por otro lado, después de que el PP sugiriera el «peligro» de que el acuerdo que persigue el Gobierno conlleve un «cambio de régimen encubierto», FAES avisa sobre supuestos intentos de «abrir la Constitución» o abordar cambios territoriales condicionados por el PNV y los independentistas catalanes. Y deja claro que, tal y como lo ve, tampoco «tiene sentido» hablar de pactos si el Ejecutivo pretende adoptar «medidas estructurales y permanentes» como la renta mínima.

«A partir de ahí -concluye-, hay que hablar, sí. Hasta que la conversación deje de tener sentido».