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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha abierto este lunes una guerra del agua contra el Gobierno central al interponer una demanda ante el Tribunal Supremo contra el nuevo Plan Hidrológico del Tajo. Ayuso considera que el documento «boicotea el sistema ... de abastecimiento» de Madrid y «pone impedimentos a los trasvases necesarios para que el agua llegue a las casas de los madrileños».
«La obsesión de Sánchez con Madrid no tiene límites y ahora pretende que esta región se rinda por sed», ha apuntado la presidenta madrileña, que en su demanda, pide que se anule el apartado relativo al régimen de los caudales ecológicos, el que sujeta a autorización administrativa previa de la Confederación Hidrográfica del Tajo la realización de movilizaciones de agua entre embalses de diferentes sistemas de explotación de la demarcación y el relativo a los vertidos de aguas residuales.
En concreto, en el centro de la discusión está el embalse de Valmayor, el segundo más importante de la Comunidad de Madrid, con 124,4 hectómetros cúbicos de capacidad y del que beben 1,7 millones de madrileños, el 25% de la población. Con la nueva norma, el Estado será el que tendrá que autorizar que el embalse pueda recibir agua del río Alberche a través del trasvase San Juan-Valmayor.
El recurso sostiene que la autorización previa para posibles trasvases entre el embalse de San Juan hasta el de Valmayor, fijada en el artículo 20.3 del plan hidrológico, «no se exige en ninguno de los restantes planes de cuenca». «Resulta evidente y no sujeto a discusión que la exigencia de autorización que incorpora el artículo 20.3 del Real Decreto no solo es aplicable únicamente en el Plan del Tajo (y en ninguno de los restantes once planes que se aprueban por el mismo real decreto), sino que, dentro de la cuenca del Tajo, solo es aplicable a las movilizaciones hídricas que se produzcan desde San Juan a Valmayor», expone la demanda del Gobierno madrileño.
De esta forma, el Ministerio de Transición Ecológica «pretende que el agua de los madrileños dependa de unos permisos que ellos mismos autorizarían o denegarían mes a mes, arruinando cualquier capacidad de planificación», ha asegurado Ayuso, que además de los travases, cree que el nuevo plan impide «cumplir los requisitos de depuración» y «obstaculiza la planificación».
Ayuso ha calificado el nuevo Plan Hidrológico del Tajo como «el ataque más mezquino e inhumano de todos los de Sánchez a Madrid». «Nos quieren dejar sin trenes, sin aviones de corta distancia, sin museos y sin instituciones. Nos quieren discriminar con la financiación, pero no hay nada peor que pretender racionar el agua a casi siete millones de personas», ha subrayado.
La respuesta del Gobierno central ha llegado a cargo de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que consideró una «ocurrencia fuera de plazo» el recurso de Ayuso. «Demuestra, otra vez, que probablemente piensa más en otro tipo de cosas que no en el interés de los madrileños o en la resolución de problemas, sino en la generación de nuevos problemas», dijo Ribera.
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