El ministro Bolaños saluda a Isabel Dïaz Ayuso. EP

El Gobierno y Ayuso hacen estallar su pulso y polarizan la carrera hacia el 28-M

La presidenta impide acceder a Bolaños a la tribuna al no estar invitado al acto del 2 de mayo y Moncloa estalla por creer que «Madrid es su cortijo»

Martes, 2 de mayo 2023, 12:55

El choque de trenes que vienen protagonizando el Gobierno de Pedro Sánchez y el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso reventó ayer, festividad del 2 de mayo, en el acto institucional del Día de la Comunidad de Madrid. Moncloa cumplió con su envite y envió a ... Félix Bolaños, sin invitacion formal, a la recepción en la Real Casa de Correos y la Puerta del Sol respondió al desafío lanzado dejando claro que el titular de la Presidencia era persona 'non grata'. Tras las descalificaciones y ataques mutuos de los días previos por la «autoinvitación» del ministro, el Gobierno autonómico optó por guardar las formas y disponer una silla para Bolaños en primera fila, al lado de su compañera de Gabinete Margarita Robles. Pero la cortesía se limitó exclusivamente a esas cuatro paredes.

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Una vez que el acto se trasladó al exterior para seguir el desfile militar y la tradicional ofrenda floral a las puertas de la sede del Ejecutivo madrileño, el equipo de protocolo de la Comunidad impidió a Bolaños su acceso a la tribuna de autoridades, donde sí hubo espacio para Robles y para Alberto Núñez Feijóo en su condición de jefe de la oposición. En el momento en el que el 'hombre fuerte' de Moncloa intentó acceder por la escalerilla, Alejandra Blázquez, la jefa de protocolo, y otra empleada de la Administración regional, le cortaron el paso conminándole a «cumplir con la normativa» mientras el equipo de Bolaños replicaba que «como ministro de España» tenía que subir junto al resto de autoridades. «Con estas cosas el PP demuestra que se cree que Madrid es su cortijo», señalaron tras el veto fuentes del Ministerio de Presidencia.

Para el Ejecutivo central, Díaz Ayuso «incumplió» la ley y desatendió el principio de «lealtad institucional» apartando a Bolaños, que tuvo que ocupar un lugar secundario, para primar a Feijóo, que «no tiene rango de autoridad ninguna». En concreto, desde Moncloa enarbolan el Real Decreto 2099/1983, en el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, para justificar la presencia del ministro en la tribuna. «Ha dejado a un ministro abajo cuando arriba –censuran– había personalidades con menor rango por el único hecho de ser socialista».

Isabel Díaz Ayuso, con varios niños ucranianos, y con Koke, futbolista del Atlético de Madrid Efe

A este incumplimiento se suman otros ya recurrentes, denunciaron desde la Moncloa, como el de la Constitución «no renovando el Poder Judicial». «Lamentamos la instrumentalización política que ha hecho el PP de la fiesta de la Comunidad de Madrid faltando, incluso, al deber básico de lealtad institucional», señalaron fuentes gubernamentales.

Desde el entorno de Díaz Ayuso aseguran haber cumplido el protocolo al milímetro. Es más, arguyen que, de haber acudido el gabinete de Pedro Sánchez al completo, sus 22 ministros «no podrían haber subido a la tribuna tampoco». En el Ejecutivo madrileño creen que Bolaños, con su actitud provocadora, trató de «ensombrecer» el acto institucional porque desde el lunes Moncloa sabía que sería Robles, para quien sí estaba cursada una invitación formal, junto con el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, quienes representarían al Ejecutivo. Recuerdan también que pese a que el ministro de Presidencia «no estaba invitado», se le habilitó un sitio en primer fila, aunque se cuidaron de que la separación entre éste y la presidenta fuera más amplia de lo habitual –cinco sillas había de por medio– evitando una foto incómoda que Bolaños, no obstante, trató de conseguir alargando el saludo inicial.

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Un frío apretón de manos con el que Díaz Ayuso quiso zanjar la batalla dialéctica «que le interesa a un 0% de los madrileños» como denunciaron los grupos de oposición, y que amenazaba con deslucir el día grande de la Comunidad. La presidenta regional incluso evitó la confrontación con el Gobierno de Sánchez, que tanto rédito electoral le ha dado, en su discurso, en el que destacó una vez más el legado de la cultura en español como faro de la hispanidad y en el que citó, además, a Robles y Bolaños en el capítulo de saludos.

Con Ayuso sin entrar al choque, la guerra parecía aplacada. El ministro aseguraba que no pensaba dedicar «ni un segundo» a una polémica «artificial» destinada, a su juicio, a no hablar de los problemas cotidianos «de la vida de la gente» y a fin de no alimentar «a los crispadores, a los odiadores, a los que se inventan mentiras para generar lío, a los que viven cómodos en el enfrentamiento». Aunque el propio Bolaños se contradecía poco después al intentar acceder a la tribuna a sabiendas de que no había sitio para él.

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Con la carrera hacia el 28-M lanzada, el ministro aprovechó además su intervención para lanzar un mensaje nítidamente electoral en un día «de todos», según dijo. «Madrid, su gente», se arrancó, es «hospitalaria, acogedora, plural, tolerante, cortés y educada», virtudes que le llevaron a desear que el Gobierno regional que resulte de la cita con la urnas del 28-M «se parezca» a los ciudadanos de la comunidad, en clara alusión, por contraste, al Ejecutivo de Ayuso.

Momento en el que se impide el paso a Bolaños a la tribuna. RC

El PSOE acusa a Ayuso de cruzar «todas las líneas rojas del respeto institucional»

El PSOE ha hecho un comunciado en el que destaca que «lo ocurrido hoy en los actos de celebración del 2 de mayo es de una gravedad pocas veces vista en un acto institucional en nuestro país». «Impedir a un ministro del Gobierno de España el acceso a la tribuna de autoridades, ejerciendo la fuerza física para ello, cruza todas las líneas rojas del respeto institucional y el sentido común», continúa. Además, ha destacado que «la Comunidad de Madrid incumple el Real Decreto 2099/1983, en el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado». Por último, recuerda que «la presidenta de la Comunidad de Madrid mantiene una estrategia de polarización de la sociedad desde hace años. La sociedad madrileña está cansada de las salidas de tono, los exabruptos y el conflicto diario en el que mantiene la Sra. Díaz Ayuso al gobierno madrileño con cualquier administración que no sea de su color político».

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