Ayuso denuncia el «linchamiento» a su hermano por el caso mascarillas

La Fiscalía europea archivó ayer investigación sobre la presunta malversación de fondos Next Generation en el contrato de suministro de 250.000 mascarillas por 1,5 millones de euros del que se benefició Tomás Díaz Ayuso en su papel de intermediario. «Pocos procedimientos han estado tan escudriñados como éste, y el veredicto coincide al unísono», señaló la presidenta, incidiendo en que han sido varios los organismos –la Fiscalía Anticorrupción, entre ellos– los que han coincidido en que «no ha habido irregularidad alguna».

La líder madrileña considera que el archivo de la investigación «ha sido una decisión demoledora» contra todos aquellos que han vertido en estos 18 meses «graves acusaciones en diferentes vídeos, entrevistas e intervenciones parlamentarias» contra un ciudadano «al que le han robado el anonimato, su vida laboral y se le ha despojado de su presunción de inocencia» en una «campaña de desprestigio» a la que se ha sumado Pedro Sánchez y todo su Consejo de Ministros.

Díaz Ayuso reiteró que nunca aprovecharía su responsabilidad como presidenta de la Comunidad para beneficiar a su entorno, por lo que se dirigió a sus adversarios asegurando que «no todo vale» y pidiendo que se dediquen a juzgar su acción de gobierno. Una conducta «no ejemplar» que le llegó a atribuir antes de su defenestración el anterior líder del PP, PabloCasado, que llegó a apuntar que la adjudicación millonaria a una empresa de un amigo de su hermano pudo suponer, además, un delito de tráfico de influencias.