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Un día después de la cita de Pablo Iglesias con los portavoces de Esquerra Republicana y EH Bildu, la vicepresidenta Carmen Calvo se reunió con Ciudadanos y tuvo que escuchar el órdago de los liberales. El Gobierno tendrá que escoger entre «unos y otros» como ... socios para aprobar los Presupuestos, «no los dos a la vez», avisó el portavoz adjunto del grupo naranja, Edmundo Bal.
Algo más de una hora duró la «cordial» reunión en el Congreso entre Calvo, Bal y el secretario general del grupo parlamentario naranja, José María Espejo, y a la salida el representante de Ciudadanos habló con claridad meridiana: «Existen dos vías que son incompatibles. Habrá unos Presupuestos con Ciudadanos o unos Presupuestos con los independentistas». Y la vicepresidenta, añadió, «lo ha entendido».
La transparencia del portavoz liberal no fue correspondida por la vicepresidenta primera, que intentó nadar y guardar la ropa. Solo apuntó que trasladó a sus interlocutores que el Gobierno necesita «apoyo para sacar adelante los Presupuestos», pero que no entraron a fondo porque aún no hay nada sobre la mesa. Deslizó, no obstante, una pista sobre sus preferencias: «A este país le hace falta estabilidad».
Esa estabilidad, según la opinión mayoritaria en la Moncloa, estaría más garantizada con los liberales que con Esquerra y Bildu. Los republicanos están sujetos a las turbulencias de la política catalana, y en ese tablero necesitan marcar distancias con el Gobierno de España. Mientras que la aproximación de izquierda abertzale es un movimiento táctico en su pugna con el PNV por hacerse un hueco en la interlocución con Madrid.
El Gobierno todavía está lejos de decantarse. Sigue empeñado en reunir todos los apoyos posibles, los de la mayoría de la investidura y el de Ciudadanos. El objetivo son 200 diputados, afirman los socialistas.
Pero la tarea no será fácil. Los llamamientos de Sánchez y de la portavoz gubernamental a que se eliminen los vetos cruzados no surten efecto. Este jueves mismo Calvo incidió en ese argumento porque es «el momento de la política con grandeza y poco egoísmo».
La número dos del Gobierno fue menos diplomática al referirse a los movimientos dentro del Gobierno y dejó traslucir por primera vez en público su malestar con los pasos del vicepresidente segundo, con el que tiene una relación tirante desde el primer día. «Hay demasiada gente moviéndose en las superficies», se quejó en una entrevista en TVE. Lo primero, explicó, es «tener Presupuestos»; lo segundo, «el contenido»; y tercero, «con quién» se sacan adelante. «Pero por ese orden. Tres, con quién». Una jerarquía inversa a la puesta en práctica por Iglesias, que lo primero que ha hecho es reunirse con Esquerra y EH Bildu.
Todo apunta a que Sánchez tendrá que arbitrar en esta pugna cada vez menos soterrada dentro de su Gobierno dado que las partes enfrentadas por la compañía presupuestaria no aflojan en su pulso.
Si Ciudadanos está enrocado en que no puede sentarse en torno a la misma mesa que Esquerra y EH Bildu, el vicepresidente segundo lo está con la vía de la investidura, y puso en valor que los interlocutores con los que se reunió el miércoles «están expresando claramente su disposición» a pactar las cuentas del próximo año.
La presencia de Ciudadanos en un acuerdo presupuestario con este Gobierno de coalición, añadió hoy Iglesias en una entrevista en el programa de radio Carne cruda, es «inimaginable». El Ejecutivo de Sánchez no puede, insistió, llegar a «grandes acuerdos con quien configura un bloque de gobernabilidad con la ultraderecha. Eso es prácticamente imposible».
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