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Pere Aragonès, en el Parlament. EFE / efe

Aragonès tarda dos semanas en condenar sin paliativos la violencia en las protestas

El vicepresidente en funciones urge a formar el nuevo Govern para poder afrontar un cambio en el modelo policial

Cristian Reino

Barcelona

Miércoles, 3 de marzo 2021, 12:33

El vicepresidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, condenó este miércoles de forma contundente y «sin paliativos» la violencia ejercida por grupos radicales en las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasel. Dos semanas ha tardado el candidato a la presidencia del Govern ... catalán a salir en apoyo explícito de los Mossos d'Esquadra y a arremeter contra la violencia generada en la calle por las algaradas. Hasta la fecha, había lanzado mensajes de rechazo, pero evitaba el verbo condenar. También respaldaba al cuerpo policial en su condición de funcionarios públicos más que de policías. Los sindicatos policiales están en pie de guerra con el Govern.

En la que puede ser su última comparecencia en el Parlament de la legislatura, ya que la semana que viene se constituye la nueva Cámara catalana, Aragonès no se anduvo con medias tintas. «Condenamos sin paliativos todos los tipos de violencia», afirmó. «Condenamos los actos vandálicos» y la «violencia contra la policía», remató. La presión de buena parte de los sectores económicos sobre el Govern está siendo muy fuerte. Casi no hay día en que un colectivo salga a recriminar al Gobierno catalán por su tibieza a la hora de criticar los disturbios. El Círculo de Economía lamentó el martes la «complicidad» que a su juicio han mostrado miembros del Govern con los violentos, mientras que los comerciantes del paseo de Gracia pidieron este miércoles más contundencia por parte del Ejecutivo autonómico a la hora de condenar los movimientos radicales. Las patronales y más de un centenar de entidades del mundo económico y social de Cataluña han convocado para este jueves un acto para reclamar al próximo gobierno catalán que deje de hacer guiños a los antisistema y se centre en la recuperación económica. Aragonès replicará con una conferencia horas después, en la que presentará su plan de gobierno.

El dirigente republicano ve cerca su investidura, pero a ERC, JxCat y la CUP aún les queda una semana de negociación a cara de perro. Trasladan que ha habido avances, pero siguen chocando en la hoja de ruta soberanista. Lo que más temen los sectores económicos es que el futuro Govern dependa de la CUP, una formación a la que el propio consejero de Interior del Govern ha acusado de alentar, a través de su rama juvenil Arran, la violencia en las manifestaciones. Y, en parte, esa posición algo turbia de Aragonès estos días con respecto a los disturbios -el consejero de Interior admitió que se ha tenido que morder la lengua para no perjudicar las conversaciones para formar gobierno- se explica en que los republicanos están en plenas negociaciones con los anticapitalistas.

Democracia de baja calidad

Por ello, el líder de Esquerra trató este miércoles de hacer equilibrios en su comparecencia parlamentaria. Por un lado intentó mantener una posición institucional, condenando la violencia, pero al mismo tiempo la enmarcó en lo que a su juicio es una democracia española de baja calidad, en la que se vulneran derechos y libertades. «Que las ramas de los artefactos incendiarios no nos impidan ver el bosque del malestar social», dijo. Aragonès urgió a las formaciones secesionistas a cerrar cuanto antes un nuevo ejecutivo para poder abordar de inmediato, no solo las cuestiones sociales y soberanistas por las que a su entender protestan los jóvenes, sino para acometer cambios en el modelo policial, que permitan evitar situaciones «lamentables», según el republicano, como que una joven manifestante perdiera un ojo por el impacto de una bala de foam. La CUP pide una moratoria en el uso de este material y reclama la disolución de la unidad de antidisturbios.

Desde la oposición, Ciudadanos, PSC y PP fueron muy críticos con el Govern y con ERC, que está negociando la formación de gobierno con la CUP. «Cataluña tiene un problema, que se llama la CUP», apuntó Ciudadanos. En la misma línea, el PSC instó al dirigente republicano a elegir entre los Mossos o la CUP. El PP calificó la intervención de Aragonès de «discurso moralmente ambiguo y profundamente viscoso». «Lo ocurrido en Barcelona es terrorismo urbano», según el PP.

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