El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, dialoga con el diputado de la CUP Vidal Aragonès. R. C.

La CUP deja en el aire su apoyo a los Presupuestos por la ampliación de El Prat

El impacto ambiental del proyecto amenaza con desbaratar los soportes con los que el presidente Pere Aragonès cuenta para esta legislatura

Martes, 10 de agosto 2021, 18:54

El acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat para la ampliación del Aeropuerto de El Prat fue anunciado por sus protagonistas como una operación que beneficiaría la economía española y catalana y mejoraría los datos de empleo en la zona.También como el «inicio de ... un camino de diálogo», todo pese a las distintas visiones que mantienen ambos Ejecutivos sobre la autodeterminación o la amnistía. Sin embargo, para el presidente catalán, Pere Aragonès, esta concesión se le está volviendo en contra en su propia casa. El posible coste ambiental del proyecto y la falta, aún, del visto bueno de la Unión Europea, ha molestado profundamente a la CUPy a los comunes, formaciones con las que Esquerra cuenta para negociar los Presupuestos de Cataluña de 2022 a partir de septiembre, los primeros de su mandato. Ahora, incluso, amenazan con condicionar su apoyo a las cuentas si el proyecto no decae.

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La CUPya ha lanzado varios avisos a Aragonès. El más grueso, que el Govern «ha cruzado una línea roja». Todo pese a que ECRy Junts han accedido, como pedían, a crear una comisión en el Parlament para modificar el modelo policial y a traspasar la defensa de los Mossos d'Esquadra de la Conselleria de Interior a la de Presidencia.

Pero aunque la ampliación de El Prat supondrá una inversión de 1.700 millones de euros por parte de Aena, los antisistema lo ven como una «aberración» por su vínculo con el calentamiento global al aumentar el número de vuelos que transitarán diariamente por el aeródromo y porque podría suponer, alegan, la destrucción del área protegida de la laguna artificial de La Ricarda.No es la única cuestión que genera malestar, los comunes, que controlan el Ayuntamiento de Barcelona, también denuncian que las nueva infraestructura atraerá a más turistas, especialmente a la capital catalana, a la que consideran ya «lo suficientemente masificada».

Desde Junts, el socio de Esquerra en el Govern, se empeñan en asegurar que el proyecto convertirá a El Prat en «el aeropuerto más verde de Europa», como prometió la semana pasada el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró. Una afirmación que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tacha de «mentira». La regidora de la Ciudad Condal advierte de que la ampliación de El Prat supondría un incremento de las emisiones en la ciudad de entre el 60% y el 80%. «No nos traten de tontos», zanjó.

Por todo ello, el portavoz de En Comú Podem en el Parlament, David Cid, ve «complicado» que su partido acabe apoyando los Presupuestos de 2022, como si hicieron, en cambio, con los de 2020. Los morados señalan, además de a El Prat, a otros dos «proyectos insostenibles»:la ciudad de casinos que proyecta Hard Rock en Tarragona y los Juegos Olímpicos de invierno. «Son invenciones del pasado que nos sitúan claramente en la oposición», advierte Cid.

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Quejas en el Gobierno

Dentro del Gobierno central, la operación tampoco está exenta de unanimidad. Algunos ministros también defienden, al igual que Junts, que el proyecto «tiene que ser absolutamente compatible con la preservación medioambiental y con el propio impacto que puedan tener esas infraestructuras en el conjunto de esos entornos», como afirmó este martes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que no concretó, sin embargo, ningún detalle.

El asunto va camino de convertirse en una fricción de importancia. La semana pasada, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, poco amiga de expresar las quejas en público, pidió explicaciones en privado a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Los morados también están usando a su confluencia ecologista Alianza Verde, partido de nuevo cuño que lidera Juantxo López de Uralde, como ariete contra el PSOE. Desde esta formación les llaman a «dar ejemplo» para frenar el calentamiento global y frenar proyectos como la ampliación de los aeropuertos de Madrid y Barcelona o el Puerto de Valencia.

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