Agustín Zamarrón, diputado del PSOE por Burgos, es el diputado de mayor edad del Congreso. R.C.

«Si llaman a un carcamal como yo, cojo el bocadillo y voy»

Agustín Zamarrón - Médico jubilado y diputado de mayor edad del Congreso ·

El Valle Inclán del Hemiciclo, de 74 años, se siente impresionado por sus colegas sanitarios. «Están cayendo y su queja es mínima»

Viernes, 10 de abril 2020, 00:24

Su verbo clásico, sus ademanes de caballero y esa barba que recuerda a Valle Inclán identifican al médico jubilado Agustín Zamarrón (Segovia, 74 años), que por dos veces (21 de mayo y 3 de diciembre de 2019) ha sido la tercera autoridad del Estado ... al haber presidido la Mesa de Edad de constitución del Congreso. Diputado socialista por Burgos, el veterano galeno vive este esperpento confinado en su casa de Miranda de Ebro, localidad a la que lleva ligado más de cuarenta años, y donde fue jefe de Medicina Interna del hospital Santiago Apóstol.

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-¿Quién le iba a decir a usted que solo unos meses después de aquel gesto que nos conmovió a todos (bajó la cabeza y pidió perdón) íbamos a estar en esta situación tan delicada…?

-He vivido otras alarmas como la gripe de 1957, el SARS, las amenazas del ébola…, pero no estábamos preparados para esto. Nos ha cogido por sorpresa. Hay que tomar nota de lo que no ha funcionado, de las circunstancias de que la reacción no haya sido tan brillante, pero eso en su momento, que no es éste. Este es el momento de aprestarse en situación de firmes y a disposición.

-¿Cómo está llevando el confinamiento?

-Soy un preadaptado. Como médico siempre he sido una persona de estudio. A un internista le puede llegar por la puerta cualquier cosa y nuestra obligación es estar al límite de la preparación para no fallar y eso obliga a una disposición de estudio permanente. Eso ha hecho que haya dedicado al estudio muchas horas de mi vida y todas las tardes, después del trabajo, las pasaba sentado en mi mesa leyendo medicina. Por eso el confinamiento no me cuesta ningún esfuerzo. Pero además vivo en una casa espaciosa, con zonas comunes, y esa no es la situación en la que viven otras muchas personas, ellos son los que más sufren este confinamiento. Por eso en cuanto se pueda hay que ir aflojando la mano, que será difícil.

-Le he leído alguna queja por los medios telemáticos que les proporciona el Congreso.

-El ordenador de mi despacho en el Congreso es una ruina. Yo funciono con la tableta. Ahora en red estamos funcionando muy bien. A través de mi pantalla he podido atender perfectamente a la Comisión de Sanidad a la que pertenezco, y el jueves (por ayer) estaré en el plenario sentado, eso sí, con mayor comodidad porque los sillones del Hemiciclo se las traen.

-Los políticos ya han empezado a zurrarse, ¿están a la altura de las circunstancias?

-Por lo que dicen las organizaciones internacionales no hemos procedido de una manera rápida. Eso se examinará en su momento, pero desde un punto de vista sensato y honesto; no para echar la carga a unos o a otros, sino para tomar las cargas sobre los hombros y resolverlas entre todos. Este juego estúpido de 'tú la llevas' hace que la sociedad nos mire como unos insensatos jugadores de albur y eso no puede ser. No podemos poner por delante los intereses individuales y de partido. Hay que mirar por los intereses generales de la población y dentro de ella por los más desfavorecidos.

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-Pero electoralmente parece que la crisis y su gestión son asuntos muy jugosos para desgastar al rival.

-Sería una barbaridad intentar utilizar la crisis electoralmente. Además yo no tengo enemigos ni rivales, tengo unas ideas que se contrastan, tengo una ideología, pero no desprecio la de los demás. Ahora el enemigo es el coronavirus, la enfermedad.

-Usted vivió la Transición, conoce bien los frutos de los Pactos de la Moncloa que ahora reivindica su partido para superar esta crisis global...

-Lo que es necesario es un pacto social. Triste sería que los mismos que propugnamos que se haga un pacto en Europa, no lo hagamos aquí.

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-Con la economía paralizada, ¿le preocupa el día después?

- Sí, por eso necesitamos unidad de acción. Y para que haya unidad de acción necesitamos unidad de comprensión, tener ideas comunes. Mire la transformación logística que está haciendo la industria y los transportes. Se han puesto al servicio del país sin ponerse medallas en el pecho. Se han puesto a fabricar mascarillas y respiradores con material de vehículos. ¿Temo por España? Si es esa España, no.

-Es médico jubilado... ¿y si le llaman a filas a echar una mano?

-Si tienen que llamar a un carcamal como yo para ayudar, mal vamos. Pero si me llaman, se coge uno el bocadillo y se va.

-¿Está orgulloso de sus colegas?

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-Yo no tengo orgullo. Estoy impresionado, reconocido y sin sorpresa ninguna de que se estén comportando así. Están cayendo sanitarios y sus manifestaciones de queja son mínimas. Sin embargo, me duele especialmente alguna reacción contra el Ejército cuando acude a ayudar. Esto hay que denigrarlo. No se puede morder la mano de quien te está dando pan.

¿Se imagina en la piel de Pedro Sánchez?

Muy difícil… Pedro Sánchez lo ha pasado mal en otros momentos. En su historia política lo ha pasado muy mal… yo lo que veo en este hombre es su capacidad de mejora… ha ido a mejor. El Pedro de hoy no es el de ayer. Es mejor, está más preparado, tiene mayor fortaleza, pero sobre todo tiene más capacidad de comprensión y más capacidad de asumir situaciones como ésta. Esta situación es para personas fuertes y necesitan siempre de todo un apoyo y ese apoyo lo tiene.

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