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No se trata de una destitución, ni mucho menos de una sustitución. Para el PP, la salida de Paz Esteban del Centro Nacional de Inteligencia responde a una «cesión» de Pedro Sánchez al soberanismo y lo considera «una auténtica afrenta al país». El principal partido ... de la oposición lamenta que el presidente del Gobierno haya dejado caer a la hasta ayer jefa de los servicios secretos españoles a cambio de mantenerse en la Moncloa. «Sánchez consuma el esperpento y ofrece la cabeza de la directora del CNI a los independentistas, debilitando una vez más al Estado para buscar su supervivencia», denunció en Twitter su líder Alberto Núñez Feijóo.
Los populares llevan días alentando un adelanto electoral ante la acentuada debilidad del Ejecutivo y el «grado de división» que existe entre el PSOE y Unidas Podemos y entre los socialistas y sus aliados parlamentarios. En Génova insisten en que Sánchez, de no conseguir encauzar las aguas con sus socios, no tendrá otra salida que apretar el botón rojo. «Cuando el Gobierno se convierte en una casa de los líos, se demuestra que el Gobierno está totalmente agotado», aseveró la secretaria general Cuca Gamarra.
La también portavoz parlamentaria del PP acusó al presidente de ser «un títere del independentismo» y de «tomar por tontos» a los ciudadanos; y le responsabilizó de «debilitar y entregar las instituciones del Estado» a los secesionistas. También lamentó que Sánchez pueda tardar en ir al Congreso a ofrecer su versión del escándalo por Pegasus hasta el 25 o 26 de mayo –la fecha está aún por cerrarse– y acuda antes «a pedir permiso y arrodillarse» a Barcelona para mantener una cita bilateral con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. «La pregunta que se hacen los españoles», dijo Gamarra, «es quién manda aquí. Y la respuesta es que mandan los independentistas».
Vox y Ciudadanos cargaron también contra el jefe del Ejecutivo por «criminalizar a quienes nos protegen e indultar y asociarse con quienes nos atacan». Santiago Abascal acusó a Sánchez de convertir a España en «una autocracia al servicio de Su Persona» mientras que la líder de los liberales, Inés Arrimadas, fue un paso más allá y reclamó la dimisión en bloque del Gobierno y la convocatoria. A su juicio, el cese de Estaban de «vergonzoso» porque Rufián y Otegi están diciendo al Ejecutivo «quién controla los servicios de inteligencia».
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