Agosto, un mes extraordinario para plenos de urgencia

El 26 de agosto de 2002, el Congreso se reunió para instar al Gobierno a solicitar al Tribunal Supremo la ilegalización de Batasuna. El PP del presidente José María Aznar y el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero votaron a favor. Fue el primer paso para apartar a la formación de la izquierda abertzale de las instituciones públicas.

Zapatero, ya convertido en presidente del Gobierno a partir de 2004, fue protagonista de otra de las reuniones más sonadas que se han convocado de urgencia en agosto. En 2011, los diputados se vieron obligados a interrumpir sus vacaciones para debatir medidas sobre la crisis económica iniciada en 2008. Lo más significativo fue la propuesta del jefe del Ejecutivo socialista a Mariano Rajoy para modificar el artículo 135 de la Constitución con el objetivo de fijar el equilibrio presupuestario a todas las administraciones, lo que prohíbe a día de hoy incurrir en déficit público. Rajoy y Zapatero lo acordaron de antemano, pero muchos de los diputados que aún se imaginaban con el bañador puesto se vieron sorprendidos por la urgencia de un acuerdo que exigían Alemania y las autoridades europeas. Aquel agosto de 2011, PSOE y PP, aún en la época de bipartidismo, mostraron una perfecta sintonía para pactar. Tanto que sellaron la segunda reforma constitucional tras la del año 1992 desde la entrada en vigor de la Carta Magna en 1978.

El 30 de agosto de 2016 se inició la segunda investidura de Rajoy después de que el PP perdiera en diciembre del año anterior la mayoría absoluta. En esa ocasión triunfó, ya un 3 de septiembre, el «no es no» de Sánchez. Este agosto de 2022 el Congreso se vuelve a reunir de forma excepcional con los dos principales partidos políticos divididos.