El fin del estado de alarma infundió ánimos. Lo peor parecía que ya había pasado. Pero un mes después de la entrada en la 'nueva normalidad', España se encuentra a las puertas de una segunda oleada de coronavirus con más de 200 focos activos y ... cerca de 2.000 contagios diarios. Unas cifras que, lejos de hermanar, vuelven a enfrentar al Gobierno y al principal partido de la oposición, muy crítico con la «pasividad» de Pedro Sánchez y su gabinete a la hora de plantear medidas contra los rebrotes. «Vuelve a estar desbordado», aseveró el líder del PP, Pablo Casado. Un análisis que no comparte la vicepresidenta primera Carmen Calvo para quien la situación sanitaria está «bajo control» ya que los rebrotes eran «absolutamente previsibles» porque persiste, recordó, la situación de pandemia. «Hay rebrotes –justificó– porque tiene que haberlos».
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La número dos del Ejecutivo quiso enviar este lunes un mensaje de «prudencia, y responsabilidad», pero también de «tranquilidad» ante el rápido incremento de casos que ha hecho que vuelvan a saltar las alarmas obligando a los gobiernos regionales a plantear nuevas restricciones para intentar controlar la epidemia, como el cierre de los locales de ocio nocturno, o a hacer retroceder algunos territorios a las fases de desescalada. Para Calvo, los temores son infundados ya que la situación de España no es «ni de lejos» peor a la de otros países del entorno. «Hemos registrado diez muertes en siete días, lo que significa que en la situación más grave», comentó sobre las muertes ligadas a la Covid-19, «hay una situación bastante contenida».
No opina lo mismo el principal partido de la oposición, que gobierna en cinco de las 17 comunidades autonómás y cuyos líderes territoriales llevarán este viernes a la Conferencia de Presidentes un plan jurídico con el que poder decretar cuarentenas y confinar sin tener que recurrir a medidas excepcionales. «Da la sensación –insistió Casado– de que el presidente, como pasó en marzo, vuelve a ir por detrás de los acontecimientos».
Los populares plantean que con una reforma exprés de la ley de Sanidad de 1986, la Ley de Jurisdicción Contencioso Administrativa y la Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública se podría hacer frente de manera eficaz a la Covid-19. «Hay un espacio intermedio entre el estado de alarma y lavarse las manos», remarcó Casado, que volvió a tender la mano a Sánchez para «remar juntos» y evitar que la pandemia «vuelva a afectar muy negativamente a nuestro país».
Desde Ciudadanos, la portavoz adjunta Lorena Roldán pidió al Ejecutivo que deje de «mirar hacia otro lado» ante el aumento de los contagios y tome el control de la situación cuanto antes. En las filas liberales insisten en que el Gobierno «no tiene excusa» para no hacerlo ya que el decreto que regula la 'nueva normalidad' prevé la declaración de actuaciones coordinadas para dar instrucciones a las comunidades autónomas en caso necesario. «Tiene los mecanimos a su alcance», zanjó.
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