Santiago Abascal durante su intervención en la moción de censura. Pablo Cobo

Abascal naufraga en su intento de rentabilizar la moción con Tamames

El líder de Vox no se sale del guion en su intervención durante la moción de censura y carga contra populares y socialistas por «un esperpento de legislatura»

Martes, 21 de marzo 2023, 10:29

«Una mala broma, una comedia, un esperpento...». La moción de censura comenzó con Santiago Abascal recopilando todos los calificativos que los distintos grupos parlamentarios habían arrojado sobre la iniciativa presentada por Vox y encabezada por el economista Ramón Tamames como candidato independiente. Después de ... sugerir que el verdadero «esperpento» son la actual legislatura «gloriosa» y un Gobierno «de odio», telegrafió a lo largo de los 44 minutos de su intervención los objetivos estratégicos de su partido en la cita:desgastar al Ejecutivo de Pedro Sánchez, por un lado, y, sobre todo, alzarse como la «verdadera» oposición parlamentaria. Material pesado para presionar al PP con los posibles acuerdos postelectorales del 28-M condicionando, al mismo tiempo, su apoyo a la iniciativa.

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El líder de Vox presentó a su candidato, de 89 años y exidirigente del PCE, como «un hombre de reconocido prestigio», el símbolo de una generación a la que, señaló Abascal, «debemos respeto y gratitud». A Sánchez y a su Gobierno, en cambio, les colgó la etiqueta de «caducados» con un legado de «ruina, división, negligencia y odio». Frente a ello, reivindicó la «seriedad» de la moción y la comparó con algunos hechos de esta legislatura, como el reciente 'caso Mediador' presuntamente encabezado por un exdiputado socialista, las sentencias del Tribunal Constitucional contra los estados de alarma decretados durante la pandemia o la supresión de los delitos de sedición y malversación.

Por criticar, criticó hasta la vestimenta de algunos diputados, a los que preguntó si no creen que sería «conveniente» vestirse «correctamente» y «no faltar al decoro de la institución».

Pero la pieza de caza mayor para Abascal era ayer Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Congreso estaba ausente en el Congreso ya que acudió a una reunión en la embajada de Suecia con representantes diplomáticos de países de la Unión Europea. «Lamento no poder dirigirme hoy al autoproclamado lider de la oposición.Para liderar la oposición sería bueno estar hoy aquí», ironizó el presidente de Vox.

Ramón Tamames durante su intervención en la mmoción de censura. Pablo Cobos

Abascal condicionó los posibles pactos de gobierno que puedan resultar de las autonómicas y locales de mayo a que los populares pasaran de la anunciada abstención al sí. «Voten la moción hoy y entendámonos mañana», zanjó.

Con este objetivo, pidió al PP que abandone «cálculos, miedos y medias verdades» y recupere «la sensatez y la seriedad»; criticando sus «ofertas» de pactos al PSOE. «España necesita un partido socialdemócrata serio y decente porque no tiene. Si quieren eses espacio, díganselo a sus votantes», exigió a Feijóo.

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La visita de Montesquieu

Tamames, sentado a su izquierda en la bancada de Vox debido a que así lo solicitó a Presidencia del Congreso, no aplaudió la intervención mientras sí lo hacían el resto de diputados de Vox. Durante su turno, el economista fue fiel al discurso filtrado el pasado miércoles. Acusó al Gobierno de «no respetar la división de poderes» –«Montesquieu sería una mala visita», dijo a Sánchez– y justificó su papel en la moción como una «obligación con la patria común indivisible». También rechazó «el sofisma» de que la Constitución de 1978 «no hay que cumplirla porque la mayoría no la voto». Y definió la cita como «uno de mis últimos servicios a este hermoso país».

Lo que diferenció Tamames con el texto adelantado hace una semana es que se saltó el párrafo en el que estaba previsto que pidiera elecciones generales para el próximo 28 de mayo, para hacerlas coincidir con las autonómicas y municipales. Aunque posteriormente desde Vox, en una nota dirigida a los medios, se aclaró que ese seguía siendo uno de los objetivos de la moción.

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En su réplica a Sánchez, ya sin leer y mostrando un discurso más fluodo que levanto las risas en el hemiciclo, afeó el tiempo invertido en responderle –una hora y cuarenta minutos–, y llamó a cambiar el Reglamento del Congreso. A Yolanda Díaz le reprochó haber usado la tribuna para «presentar su proyecto», Sumar.

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