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Patxi Fernández
Martes, 9 de mayo 2023, 12:54
Un atropello múltiple en Volanova de Arousa (Pontevedra) ha dejado el pasado fin de semana un balance de 18 heridos graves. Al volante de un turismo que circulaba sin control estaba una mujer octogenaria, que dio negativo tras someterse a la prueba de alcohol y ... drogas.
En el año 2019 un aparatoso accidente de tráfico del Felipe de Edimburgo a sus 97 años reabrió en Gran Bretaña el debate sobre la edad máxima para conducir. Tras este percance algunos expertos abogaron por el establecimiento de una fecha máxima , similar al límite de 18 años que da acceso a la posibilidad de manejar un vehículo, debido a la decadencia física y mental experimentada inexorablemente con la edad.
Pese a ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja «no apartar de la conducción a los mayores si no hay razones que lo justifiquen» porque para muchas personas el empleo de un vehículo conlleva «calidad de vida e integración».
El 30% de los fallecidos en accidentes de tráfico en la Unión Europea son mayores de 65 años. Un dato que se repite en todos los países y que alcanza el 50% cuando hablamos de fallecidos peatones o ciclistas.
En España, según los últimos datos de la DGT, la franja de edad de más de 65 años, es de las que registra mayor número de fallecidos, con un total de 69, el mismo número que los conductores con edades comprendidas entre 45 y 54 años. Son cifras provisionales con fecha del 7 de mayo de 2023, en vías interurbanas.
Según el informe realizado en 2022 por el Centro de Estudios AXA de Seguridad Vial, los conductores de 66 a 70 años , en su mayoría ya jubilados, tienen una frecuencia de accidentes un 17% menor a la media. Cifras que se reducen aún más entre los conductores de 71 a 75 años y entre los mayores de 75 años, los dos colectivos con menor probabilidad de sufrir un accidente, con unas frecuencias un 23% y un 26% menores a la media, respectivamente.
A su gran experiencia en la conducción se suman otros factores que reducen su riesgo como el menor uso del coche y su utilización generalmente en horas con menor tráfico.
Así, los conductores de entre 18 y 21 años son el colectivo donde más afecta la variable edad, con un 57% más de probabilidad de sufrir un accidente, debido, presumiblemente, a su inexperiencia al volante. Les siguen los mayores de 75 años , con un riesgo mayor del 29%, en este caso probablemente como consecuencia de la disminución de los reflejos. Los otros dos grupos con una considerable incidencia de la edad en una mayor probabilidad de sufrir un accidente de tráfico son los jóvenes de entre 22 y 25 años, con un 19% más, y los conductores de entre 71 y 75 años, con un 9%.
A partir de los 66 años la culpabilidad es ligeramente superior, aunque sólo por unas décimas. Entre los 71 años y los 75 años , el porcentaje de responsabilidad empeora hasta el 53,7% y en los conductores de más de 75 años llega al 60,6%, un 26% más que la media. Por tanto, el informe muestra como, por un lado, los conductores de más de 70 años son los que menos accidentes tienen pero, por otro lado, cuando los tienen son responsables en la mayoría de ellos.
En la actualidad en España el carné de conducir (clase B) se renueva cada 10 años hasta que se cumplen los 65 años, momento en el que empieza a caducar cada 5 años. Según la DGT «seguir conduciendo no depende de la edad, sino del estado de las capacidades y aptitudes que tenga el conductor». Por ello a partir de los 65 años y para asegurar que se mantiene intacta la capacidad para conducir, se reduce el periodo de vigencia del permiso de conducir. Lo que se pretende de esta manera es aumentar la frecuencia de las revisiones médicas y de aptitud para que seguir conduciendo sea seguro para todos.
El reconocimiento médico que se debe superar y los criterios a evaluar son los mismos para cualquier edad. Es posible es que si durante el reconocimiento médico se detecta una enfermedad o deficiencia que, si bien de momento no impide la renovación, es susceptible de agravarse, el periodo de validez del permiso será menor.
En el resto de Europa nos encontramos disparidad de criterios. La directiva comunitaria 2006/126/CE estableció los criterios mínimos para facilitar la libre circulación de europeos: el mismo tipo de licencias, los requisitos mínimos para la realización de las pruebas de obtención y de evaluación de las capacidades de los conductores profesionales.
Esta directiva impuso, además, una vigencia de 10 años para los conductores con permisos del Grupo 1 (motos, turismos…), que puede prolongarse hasta los 15 años. Y la obligatoriedad de que los conductores del Grupo 2 (autobuses o camiones) renueven su licencia cada 5 años y se sometan a un control médico regular.
A partir de estos requisitos mínimos, cada país ha optado por realizar diferentes tipos de controles que podríamos agrupar en tres: límite de edad, control médico regular o aquellos en los que renovar el carné es un mero trámite administrativo.
Así, en países como Alemania, Francia, Bélgica o Austria, no se tiene en cuenta la edad a la hora de renovar el carné, ni se aplican restricciones de ningún tipo.
Italia es donde más restricciones se aplican, a partir ya de los 50 años, y con una caducidad del carné de 10 años. En Portugal las restricciones por motivos de edad comienzan a aplicarse desde los 60 años, y a partir de los 65 en República checa. España coincide con Países Bajos al realizar controles médicos regulares a los conductores a partir de los 70 años.
Además del factor edad, hay que tener en cuenta las distracciones al volante, que causan 1 de cada 3 accidentes mortales en España. En la última década, han provocado 238.000 accidentes con víctimas, más de 30.000 heridos graves y 6.200 fallecidos.
Son datos recogidos en el estudio «La vida en un segundo. Distracciones y accidentalidad en las carreteras españolas (2012-2021)», elaborado por Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza a partir del análisis de accidentalidad de los datos de la base de datos ARENA de la DGT (2012-2021) y los resultados de 1.700 encuestas realizadas en toda la geografía nacional.
Según este trabajo, aunque el número de accidentes causados por distracciones se ha reducido, su letalidad ha aumentado un 52%. La razón: los conductores no respetan los límites de velocidad, lo que agrava las consecuencias de estos siniestros. De hecho, las sanciones por excesos de velocidad han aumentado un 26% desde la pandemia.
Según los atestados, la mayoría de los accidentes por distracciones se produce por abstraerse en la conducción (31%), cansancio (29%), mirar el entorno (13%) e interactuar con los pasajeros del vehículo (9%). Sin embargo, los conductores reconocen que lo que más les distrae es el «efecto mirón» con otros accidentes (80%), mirar el paisaje (79%), abstraerse en sus pensamientos (72%), usar el GPS integrado o en el móvil (52%) y leer Whatsapp o mails en el móvil (34%).
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