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N. S.
Martes, 21 de enero 2025, 09:00
Cuando la lluvia llega, parece azotar gran parte de nuestro país. Pero muchas veces, la lluvia no llega sola, porque las condiciones meteorológicas adversas como niebla, viento o nieve también aparecen según en qué zonas se circule. Por esto, en invierno en general, pero más ... en estas fechas con borrascas y temporales, es de vital importancia que, antes de emprender de viaje, te informes del estado del tráfico e incidencias en las carreteras así como de posibles avisos meteorológicos.
Una vez al volante, la DGT advierte de cuáles son los problemas y las precauciones necesarias para reducir el riesgo que supone conducir con nieve, hielo, viento, lluvia o niebla.
Por ejemplo, y en primer lugar, la niebla puede convertirse en el peor enemigo de la visibilidad durante la conducción: un banco de niebla repentino puede reducir de forma drástica la visión del conductor a unos pocos metros por delante del frontal de su coche. Y si la temperatura es baja puede formarse hielo sobre la calzada. La niebla también afecta a la adherencia, ya que humedece el asfalto y la calzada se vuelve más deslizante.
Así, en carretera utilice el alumbrado adecuado a la intensidad de la niebla: encienda siempre la luz de corto alcance (y la antiniebla delantera si su vehículo la tiene) y la antiniebla trasera si la niebla es muy espesa.
Adecúe su velocidad a la visibilidad existente en cada momento en la vía, de forma que siempre pueda detener su vehículo dentro de su campo de visión y esté a salvo de un alcance.
Siempre que tenga que pisar el pedal de freno, hágalo con antelación y de forma suave y progresiva. Asimismo, siga las líneas del arcén para mantener su vehículo dentro del carril y circule siempre por el carril derecho, aunque haya varios por sentido.
Por último, mucha atención a la posible presencia de los usuarios más vulnerables y menos visibles como motos, ciclomotores, bicicletas y peatones.
En segundo lugar, y aunque sean menos frecuentes, la nieve y el hielo son fenómenos igualmente peligrosos para la seguridad en la vía que pueden sorprender al conductor durante la marcha, dificulta la circulación y reduce drásticamente -incluso anula- la adherencia de los neumáticos sobre el firme.
Por eso, ante nieve, encienda las luces de cruce, reduzca la velocidad y aumente la distancia de seguridad, circule por las rodadas de otros vehículos y evite manejar el volante con brusquedad; inicie la marcha soltando suavemente el pedal del embrague; con cambio automático, la presión sobre el acelerador debe ser mínima; y utilice la marcha más larga posible para no patinar sobre la calzada.
El hielo es casi imposible de detectar sobre la marcha, por lo que la adherencia de los neumáticos sobre el asfalto congelado es nula y esto hace que el comportamiento del vehículo sea imprevisible e incontrolable durante un deslizamiento. Ante todo, trate de evitar superficies que prevea pueden estar heladas: el hielo suele aparecer en zonas en sombra, resguardadas, con alta humedad u orientadas al norte. Especial precaución al caer la noche ya que pueden formarse placas en cualquier punto de la carretera donde corra el agua de día. Y si empieza a nevar o prevé la presencia de hielo, póngase en alerta, vigile si la temperatura externa desciende por debajo de 3ºC y reduzca la velocidad.
Por último, si el vehículo empieza a deslizarse, disminuya la velocidad y manténgala lo más reducida posible, intente mantener la trayectoria, no pise el pedal de freno en ningún momento, ni mueva el volante con brusquedad.
La lluvia es el fenómeno atmosférico más frecuente y que más problemas causa a la circulación: con el asfalto mojado, la adherencia de los neumáticos disminuye y las frenadas se alargan. Cuando comienza a llover, las primeras gotas de lluvia pueden hacerlo muy deslizante. El exceso de agua en el parabrisas, los cristales empañados y las salpicaduras de otros vehículos reducen la visibilidad. Y el agua acumulada puede hacer que el vehículo patine.
Hay que reducir la velocidad, manteniendo la distancia de seguridad adecuada con los demás vehículos; asegurarse del buen estado y funcionamiento del alumbrado, las escobillas limpiaparabrisas, la calefacción y la luneta térmica. Circule con las luces de cruce encendidas. Además, acelerar y frenar de forma brusca puede hacer perder tracción y el control del vehículo por acuaplanin.
Finalmente, el viento es uno de los fenómenos meteorológicos más incómodos para la conducción, puede causar accidentes en condiciones muy adversas. En carretera, es especialmente peligroso el viento a rachas de costado, ya que puede desestabilizar a un vehículo y sacarlo de la carretera. Especial atención a la salida de túneles, en los adelantamientos y en los cruces con vehículos voluminosos.
¿Qué hacer? El vehículo será más controlable y necesitará menos metros para detenerse. Aumente las distancias de separación frontal y lateral. Con marchas más cortas mantendrá la potencia suficiente para vencer la resistencia del viento. Y el viento lateral, puede desestabilizarle y comprometer su trayectoria en el cruce con otros vehículos y al adelantar a vehículos voluminosos.
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