Mercedes-Benz EQV: Felicidad para toda la familia

Se trata de una alternativa ideal tanto para familias numerosas o con necesidades de carga especiales, como para flotas y profesionales de transporte de pasajeros, y traslados tipo 'shuttle'. El motor eléctrico ofrece una potencia máxima de 150 kW/204 CV muy suficientes.

A la hora de recargar, puede hacerlo con corriente alterna trifásica a un máximo de 11 kW, consiguiendo una carga total en menos de 10 horas, o bien con corriente alterna monofásica, a 7,4 kW. Además, hay disponible carga rápida, con corriente continua, a 110 kW, de manera que recargar del 10 al 80% de la batería lleva 45 minutos. La toma de carga, CCS Combo, se encuentra en la aleta delantera del lado del conductor. La garantía de la batería, por cierto, es de 8 años o 160.000 kilómetros.

Ofrece cuatro modos de conducción (Economy+, Economy, Comfort y Sport), y cinco niveles de recuperación de energía (D--, D-, D, D+ y D Auto), que son seleccionables a través de las levas del volante.

Realizamos la ruta saliendo desde las oficinas de Mercedes-Benz en Alcobendas con el 100% de carga, marcando 367 km de autonomía. Nos dirigimos hacia Chinchón por la A-3 y la M-311, recorrido en el que circulamos por autovía y carreteras comarcales, donde el comportamiento del EQV es genial. En autovía es intachable y perfecto. Se conduce con mucha suavidad, comodidad y silencio. También se muestra contundente en vías como la M-311, que es muy virada, estrecha y con múltiples subidas y bajadas. La entrega de potencia inmediata de la mecánica eléctrica, el excelente bastidor, y la frenada regenerativa hacen que, a nivel dinámico, sea perfecta.

Una vez en Chinchón, sin poder acceder a la Plaza Mayor, comprobamos la excelente maniobrabilidad del EQV, por las preciosas y estrechas calles del centro de la villa, a pesar de las dimensiones de nuestro EQV.

Después de subir al castillo, continuamos ruta hacia Aranjuez por la carretera M-305 y volvimos a Madrid por la A-4. Nos adentramos en el Barrio de las Letras, al que pudimos acceder a través de la Plaza de Santa Ana y callejear por esa atractiva zona donde solo pueden circular vehículos eléctricos etiqueta CERO, como la EQV, que se mueve a las mil maravillas también por este área.

Realizamos una recarga para probar la sencillez de su realización y la practicidad de su ejecución. Nada que objetar. Sin problemas y con mucha satisfacción por la capacidad y buen comportamiento de este monovolumen de gran tamaño.