Una inocentada sobre la reducción del IVA desespera a los concesionarios

En esta vorágine una «fake new» hacía saltar las alarmas en muchos despachos: un blog especializado en noticias de coches ecológicos publicaba, aprovechando el día de los Inocentes, que el Gobierno aprobaría esta semana, de urgencia, la aplicación del IVA superreducido para los coches eléctricos, que pasarían a tributar un 4 por ciento en lugar del 21 por ciento actual.

El hecho de que esta medida haya sido largamente solicitada por la patronal de fabricantes ANFAC, ya que se aplica con éxito en países como Noruega o incluso Portugal, dotó de credibilidad a la noticia por parte de algunos fabricantes, llamando a sus concesionarios a paralizar la matriculación de unidades. De aplicarse esa norma, cada coche eléctrico matriculado en 2020 pagaría unos seis mil euros de IVA frente a los poco más de mil euros que tributarían en 2021 con el nuevo IVA, una diferencia mucho mayor a la 'multa' que evitaría su matriculación, y que obligaría al concesionario a vender esas unidades con pérdidas. La matriculación de estos coches está siendo notable estos días, y según los datos de la consultora MSI difundidos por Europa Press, el aumento de las automatriculaciones de coches eléctricos en diciembre es del 734 por ciento, con más de 500 unidades, que sumarían más de 2,5 millones de euros extra de IVA tributando al 21 por ciento actual frente al cuatro por ciento que se aplica con el IVA 'super-reducido', una cantidad que deberían asumir los concesionarios.

Durante el día de ayer se sucedieron las consultas al Ministerio que, obviamente, no tenía nada que comunicar al respecto, dejando el asunto en un incidente de los que ha provocado un importante trabajo extra entre los profesionales del sector. Este tipo de noticias, habitual hace décadas en la prensa escrita, han perdido su tradición precisamente para desmarcarse del fenómeno de noticias falsas habituales en redes sociales. Lo que sigue vigente es la petición del sector de un IVA reducido para los coches eléctricos, un deseo que, de momento, deberá seguir esperando.