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Patxi Fernández
Madrid
Martes, 28 de junio 2022, 13:49
La industria de la automoción ha puesto gran énfasis en los últimos años el lograr un alto índice de descarbonización, con vehículos con cada vez menos emisiones, y con un proceso, el de la electrificación, que parece imparable. Pero el vehículo autónomo y conectado también ... va a ser fundamental, con importantes avances en los próximos años, que nos llevarán a un nivel 5 de conducción autónoma en el que no será necesaria la intervención del conductor.
Pero para ello, aparte de la necesidad de una legislación europea y nacional que regule la circulación de los coches autónomos, en España es necesario mejorar el entorno y las tecnologías, así como las redes de conexión existentes para conseguir el impulso del vehículo autónomo y conectado.
España, obtiene una valoración de 50,5 puntos sobre 100, lejos de los países líderes como EEUU (67,8 puntos), Suecia (63,3 puntos) o Finlandia (62,5 puntos), según los datos del primer Informe sobre Vehículo Autónomo y Conectado realizado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). El indicador global con base 100 se realiza a través de diferentes subindicadores que miden el nivel de ciberseguridad, conectividad, inversión tecnológica y calidad y conectividad de las carreteras.
Así, España destaca a escala mundial por su nivel de red e infraestructuras de carreteras, pero con una destacable capacidad de mejora tanto en el ámbito de inversión en nuevas tecnologías (inteligencia artificial, internet de las cosas, tecnologías de la información), como en la propia infraestructura y calidad de las redes de conectividad.
Según el director general de ANFAC, José López-Tafall, «los nuevos servicios vinculados a la conectividad y autonomía son una parte relevante del crecimiento del sector según nuestro Plan Automoción 2020-2040, pero es muy difícil saber si avanzamos correctamente si nos falta un referente contra el que medirnos«.
Para ANFAC, el objetivo como país es contar con una normativa al nivel de Alemania y Francia, y «este es un terreno en el que podemos empezar a competir desde el inicio y no con retraso».
En este sentido, el subdirector general de Gestión de Movilidad y Tecnología de la DGT, Jorge Ordás, ha confirmado durante la presentación del estudio, que se encuentran en las primeras conversaciones para desarrollar una norma «seria y realista sobre la conducción autónoma de nivel 4, que espera poder presentar en un año y medio la normativa que permita en España la circulación de vehículos autónomos».
Respecto a las carreteras españolas, Ordás destacó la buena situación que presentan respecto a los demás países, y en este sentido comentó que lo necesario es garantizar su correcto mantenimiento y señalización. «Sería un error realizar una ingente inversión para que las carreteras españolas estén conectadas, ya que no son necesarias balizas que cada ciertos kilómetros envíen información a los vehículos. Son los propios coches los que mediante su conectividad son capaces de conseguir el nivel 5 de conducción autónoma», asegura Ordás.
Tal y como señala el Informe, la seguridad es la principal prioridad para los fabricantes en el desarrollo e inclusión de tecnología vinculada a la conectividad en sus vehículos.
Para este apartado, se ha consultado a los asociados de ANFAC para determinar el nivel de importancia de los diferentes aspectos de la conectividad en los vehículos, según su funcionalidad y prioridad en materia de desarrollo e incorporación a estos.
Nivel 0
Coches que cuentan únicamente con sistemas de advertencias luminosas o sonoras (de proximidad, de colisión, de ángulo muerto, etc)
Nivel 1
Con control de crucero, mantenimiento del coche dentro del carril y asisntentyes como el de frenada de emergencia
Nivel 2
El vehículo es capaz de llevar la conducción por propia cuenta en determinadas situaciones pero el conductor tiene que ir atento en todo momento por si falla retomar el control del coche.
Nivel 3
Capacidad para continuar con la conducción, reanudar y parar la marcha o acelerar y frenar de forma completamente autónoma, bajo la supervisión del conductor.
Nivel 4
Otorga toda la responsabilidad de la conducción al vehículo, por lo que el conductor pasa a ser un simple pasajero. Si existe algún fallo del sistema principal el vehículo cuenta con respaldo exterior para actuar y seguir conduciendo.
Nivel 5
Es el máximo nivel de autonomía que puede alcanzar un vehículo. El usuario sólo indica un destino sin realizar ninguna otra acción más durante el trayecto. En caso de fallo el sistema de automatización se respaldará con otro sistema del coche, por lo que, él mismo solucionará cualquier imprevisto.
Aunque todos los tipos de vehículos consideran la seguridad una prioridad, son los turismos y comerciales ligeros quienes lo destacan en primer lugar seguidos de otros aspectos como el control del vehículo, vinculado a la gestión de diferentes funciones de los vehículos mediante dispositivos externos, o el confort, relacionado con la incorporación de tecnologías de conectividad con el entorno o en tiempo real que mejoren la experiencia del usuario.
Por su parte, los vehículos industriales y autobuses mantienen la seguridad entre sus prioridades, pero en ambos es el mantenimiento y diagnosis lo que se sitúa en primer lugar, dando una mayor relevancia a aquellas tecnologías vinculadas al aviso de averías o situación y estado de los diferentes componentes de los vehículos.
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