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S. M.
Jueves, 11 de marzo 2021, 01:37
Prácticamente todos los coches nuevos salen ya del concesionario con conexión a internet. La era del coche conectado permite la generación de ingentes cantidades de datos que, transmitidos de forma anónima, tienen el potencial de mejorar la seguridad vial, al reducir los accidentes de tráfico.
Los datos del control de tracción, el de estabilidad, los frenos y la temperatura de nuestros vehículos hablan de todas aquellas condiciones que afectan al contacto de los neumáticos con la carretera, desde acumulación de agua, hielo o nieve a pavimentos rotos o gastados. «Con toda esta información contribuimos a la generación de mapas de fricción a nivel de toda Europa, que podemos compartir con servicios de navegación que alerten a los conductores de potenciales peligros en la carretera o con operadores viales de infraestructuras que los usen para asegurar el buen estado de la red viaria», según Víctor Monserrate, responsable del nuevo Data Office de Seat. «Con la llegada de los coches autónomos y el 5G aumentará exponencialmente la generación de datos y con ello el valor que podamos extraer en forma de nuevos productos y servicios», amplía.
Circulando con un coche conectado se generan, de forma totalmente anonimizada, decenas de gigabytes de datos al día. Llegan desde sus numerosos sensores y componentes electrónicos, como el control de tracción, el de estabilidad, la cámara frontal o los radares. Datos que, sumados a los del resto de vehículos, contribuyen a localizar, por ejemplo, aquellos puntos de las carreteras de toda Europa que necesitan ser reparados. ¿Cómo? El equipo del nuevo Seat Data Office se encarga de capturar y procesar este gran volumen de información: «a través de su análisis podemos detectar casos de uso que van en ayuda de todos los ciudadanos, especialmente en cuanto a seguridad, que es lo que más nos apasiona», asegura Carlos Buenosvinos, uno de sus responsables.
Al pisar el acelerador o al subir o bajar una ventanilla, las centralitas electrónicas que los controlan emiten señales que son enviadas a un servidor en la nube, a través de una conexión 4G. «El primer reto para el equipo del Data Office es recolectar esos grandes volúmenes de información. Después, tenemos algoritmos, técnicas matemáticas y estadísticas para tratarlos y extraer conclusiones», cuenta Buenosvinos. Todo a partir de datos 100% anónimos. «A nosotros nos es imposible saber qué vehículo o qué persona está detrás. De hecho, lo que nos interesa son datos genéricos que hablen de tendencias en los estados de las carreteras», puntualiza Buenosvinos.
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