Tristán Ramírez Ruíz de la Prada: «Mi primer vehículo sobrevivió a muchas juergas»

Se sacó el carné de conducir a los 18 años, «creo que me presenté solo una vez. El examinador era muy simpático, ¡sabía que al día siguiente me iba a China!», subraya, al tiempo que recuerda su primer coche, un «Ford Ka maravilloso que aceleraba y frenaba en función de cómo manipulabas el aire acondicionado».

Ese primer vehículo guarda unas cuantas historias: «Fue mi coche para salir de verano durante años, sobrevivió a muchas juergas. Me acuerdo de quedarme sin gasolina a la seis de la mañana después de una noche por ahí. De hecho, estaba de camino al aeropuerto con un amigo que tenía un vuelo prontísimo, por lo que el pobre lo pasó muy mal... sobre todo cuando no nos quedó más remedio que empujar el coche hasta la gasolinera más cercana», detalla Ramírez entre risas.

También recuerda que el mismo día que le dieron el permiso de conducir, «me fui con cuatro perros a Mallorca», lo que rememora como su primer viaje largo.

En la actualidad conduce un Citroën C5 Aircross Hybrid, un modelo que «superó» sus expectativas de antes de adquirirlo: «Lo que es un lujo es poder aparcar en cualquier lado, por no hablar de la gozada que es llegar a tu destino y enchufar el coche como lo harías con tu móvil», manifiesta, al tiempo que destaca que es «como una nave espacial. Subes, le das a un botón, se enciende la música y te mueves por la ciudad de manera cómoda y dinámica».

Tristán Ramirez, que guarda en su garaje su coche, una bici y una moto, es de los que a la hora de elegir un coche, prima más las emisiones, «siempre», antes que la estética o la mecánica.

Asimismo, prefiere ir al volante, ya que como copiloto tiene «que hacer un gran esfuerzo para desconectar...», puntualiza, al tiempo que comenta que un coche «sí» dice mucho de su dueño: «¡El mío está siempre lleno de pelos de perro!».