El coche de Aymar Navarro: «Las carreteras sinuosas y puertos de montaña son el pan de cada día»

Este profesional, que se mueve entre esquís y coches, considera que «siempre» le han llamado mucho la atención. «Viviendo en un lugar como el Valle de Arán (Lleida) donde las carreteras sinuosas y los puertos de montaña son el pan nuestro de cada día, el coche es una herramienta imprescindible y disfrutar de la conducción un placer que viene de la mano», detalla a este diario.

Navarro cuenta como curiosidad que aprobó la parte practica del carné de conducir «al día siguiente de cumplir mis 18 años». «A colación de lo que comentaba con anterioridad, creo que demuestra las ganas que tenía de ponerme detrás del volante», añade, al igual que puntualiza que aprobó «a la primera tanto la parte teórica como la de la práctica. Luego por mi trabajo de bombero tuve que sacarme los carnets de camión y tráiler, y también me los saqué a la primera. Las ganas de conducir un coche lo hicieron todo mucho más fácil».

Recuerda su primer coche, un Golf IV y las «grandes aventuras y muchos recuerdos» que vivieron juntos. «Desde pegarnos buenas pechadas de kilómetros cinco personas bien apretadas hasta la otra punta de España, a llegar a montarle una tienda de campaña encima (de estas especiales para coches 4x4) para ir a escalar varios días», manifiesta. Aunque tiene dudas sobre cuál fue su primer viaje largo: «Diría que fue bajar desde el Valle de Arán hasta Jerez, y luego varios días por el sur haciendo ruta por toda su costa».

En la actualidad conduce un Ford Ranger Raptor, «que es sin duda el coche de mis sueños. Y no lo digo por decir, es el vehículo perfecto para todas mis aventuras», subraya. Un característico modelo del que destaca «la gran polivalencia que me da, la comodidad en la conducción no solo en pistas de montaña sino también cuando toca hacer muchos kilómetros en carretera. Es un lujo poder contar con el Raptor para una zona como el Valle de Arán».

Asimismo, considera que su Ranger Raptor responde «bastante por encima de mis expectativas» a lo que esperabas antes de adquirirlo. «Es un coche visualmente espectacular y antes de tenerlo me hacia dudar un poco su gran tamaño, pero es sentarte dentro, ponerte a conducir y la sensación es que estas en un coche de tamaño normal. No da para nada la sensación de tanque que puedes imaginarte al verlo desde fuera». «Además, para una persona como yo que esta todo el día para arriba y para abajo cargando esquís, material de escalada, botas, bicis… no puedes tener mejor opción que esta. Donde te entra todo cómodamente y llegas a donde te propongas», explica.

Navarro es de los que prefiere ir al volante «al 100%, me encanta conducir», pero se considera también un buen copiloto: «Confío en quien está al volante y hecho una mano con lo que haga falta, sobre todo haciendo compañía porque hoy en día con los sistemas de navegación integrados lo de confiar en el copiloto para dar indicaciones ha quedado como algo del pasado».

A la hora de elegir un coche, para este profesional del freeride, que guarda en su garaje junto a esta pickup dos bicicletas y «el resto de espacio lo ocupan unos cuantos pares de esquís», prima un equilibrio más la estética, la mecánica y las emisiones. Es más, es lo que considera que un coche «sí» dice mucho de su dueño: «Yo me siento identificado con el Ford Raptor, creo que compartimos la misma filosofía de aventureros, mi carrera se ha basado mucho en la potencia y polivalencia que son dos aspectos a destacar del coche, y en la estética ya me han comentado más de una vez que me viene como anillo al dedo», concluye.