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Patxi Fernández
Madrid
Jueves, 13 de mayo 2021, 12:44
Desde el 11 de mayo, la velocidad máxima en vías urbanas es de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación, de 30 km/h en vías de un único carril por sentido, y de 20 km/h ... en vías que tengan una plataforma única de calzada y acera.
Con el establecimiento de estos nuevos límites aumentan también las sanciones. Por ejemplo, y respecto al límite de 30 km/h, circular entre los 31 y 50 km/h no conllevará la pérdida de puntos pero sí una multa de 100 euros. Para aquellos que conduzcan entre los 51 y los 60km/h se establece la pérdida de 2 puntos, más una sanción de 300 euros. Serán 4 puntos y 400 euros para los que lo hagan entre los 61 y los 70 km/h, y 6 puntos para los que se encuentren entre los 71 y los 81 km/h. Circular de 81 km/h en adelante se considerará infracción grave y estará penalizada con 6 puntos del carné y 600 euros de multa.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha explicado que, con ser un objetivo fundamental, la reducción del límite de velocidad no se limita a buscar la reducción de la siniestralidad vial, sino que es «una de las medidas más importantes que haya aprobado España en materia de movilidad y seguridad vial porque ayuda a construir ciudades para sus ciudadanas y ciudadanos, donde las calles sirven sobre todo para vivir, transforma nuestras ciudades para que sean más humanas».
Entre las ventajas de la medida que resalta la DGT, se encuentra la reducción en hasta un 80% del riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Sin embargo, la gravedad de los accidentes de este tipo no será la única que se reducirá, sino también la del resto de siniestros (las lesiones suelen ser menos graves cuanto menor es la velocidad). Tal es así, que el exceso de velocidad está presente en el 23% de los accidentes mortales.
La DGT también ha hecho hincapié en la reducción del ruido –hasta la mitad– y de la contaminación. Respecto a esta primera, los expertos indican que reducir el ruido del tráfico es incluso capaz de aumentar el valor de los inmuebles de esa zona en la que se ha restringido la velocidad, ya que el tráfico es el causante del 80% de la contaminación acústica de una ciudad. En cuanto a la contaminación atmosférica, aseguran que circular a menos velocidad permite ahorrar combustible y reducir las emisiones.
Más allá de estas ventajas, reducir la siniestralidad también podría afectar positivamente al seguro del coche, según los expertos del comparador Acierto.com. De hecho, el historial de siniestralidad es uno de los factores principales que tienen en cuenta las aseguradoras a la hora de calcular el precio de la póliza de un vehículo. Si un conductor tiene menos accidentes, tendrá un perfil de conductor menos riesgoso para las aseguradoras. Algo que podría verse plasmado en una reducción de la prima.
Pero también es importante la gravedad de estos partes. Es decir, un accidente con daños a terceros (a quienes se deba pagar desperfectos y una indemnización por daños corporales) siempre será más caro que un siniestro en el que, por ejemplo, el conductor haya rozado un pilar del parking donde estaba estacionando.
En este caso, el nuevo reglamento también influirá, pues la DGT estima que, gracias a estos límites de velocidad, se reducirá hasta un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Es decir, cuando la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h, el riesgo es del 10%; mientras que si la velocidad es de 50 km/h, ese riesgo asciende en torno al 90%. Por supuesto, también se reducirá la gravedad del resto de percances.
Dicho lo cual, no son los únicos puntos que analizan las aseguradoras, sino que a estos habrá que añadirle otros como la zona por la que se circula (el clima, la orografía y el tipo de carreteras son patrones que influyen en la accidentalidad), el uso que se hace del vehículo, el tipo de vehículo que se conduce, cuándo queremos que entre en vigor la póliza, la edad del conductor, los años que lleva sin dar partes, la antigüedad de su carnet de conducir, etcétera.
Pero como sucede con todo tipo de medidas, a los efectos positivos hay que sumar los negativos, entre ellos un posible aumento de las averías en determinados vehículos. Según Infotaller, se prevén más entradas por mantenimientos, averías en embragues y filtros de partículas, con especial influencia en los diésel. Se reducirá la siniestralidad, pero no los golpes de chapa.
Alberto Montero de Espinosa, de autoescuela Montero Espinosa, ha asegurado a Europa Press que «algunos elementos del coche pueden resentirse a largo plazo, como el embrague, por el hecho de tener que cambiar de marchas de forma constante, sobre todo entre la primera y la tercera marcha». Y «también el filtro de partículas, el encargado de rebajar las emisiones, ya que para funcionar correctamente necesita llegar a una temperatura determinada, y al circular a baja velocidad tardará más en llegar a ella, con el riesgo de no cumplir su función correctamente», destaca.
Julio González, presidente de la Asociación de Talleres Mecánicos de Baleares, veía ya en octubre, con la entrada en vigor de la medida de forma anticipada en Palma de Mallorca, que las limitaciones de velocidad incrementarán las visitas de los coches al taller mecánico, sobre todo de los diésel, advirtiendo que un vehículo en estas circunstancias en tercera circulará dando tirones, pero en segunda, disparará las revoluciones, lo que puede provocar que el filtro de partículas se estropee. Por tanto, los conductores tendrán que someter su automóvil a más mantenimientos, sobre todo para que le hagan la regeneración del filtro de partículas, que se ensuciará con una frecuencia mayor.
También podrían salir beneficiados los talleres de chapa. Según recoge Infotaller, el número de accidentes en Bilbao, la primera ciudad del mundo con más de 300.000 habitantes en adoptar la limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora en todas sus vías desde el pasado mes de septiembre de 2020, se ha reducido respecto a los datos registrados el pasado año, pasando de 57 a 32. Pese a este descenso, se observa que se ha producido un incremento de casi el 15% de colisiones con daños materiales, es decir, con golpes de chapa, pasando de 74 a 85. El Ayuntamiento ha señalado al respecto que se producen más accidentes de chapa pero que hay menos heridos porque los vehículos ahora chocan a menor velocidad.
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