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Juan Roig Valor
Sábado, 28 de octubre 2023, 14:00
¿Qué es un 'hot hatch'? Antaño, una simple fórmula: asociar un motor potente a una plataforma pequeña. El primer Volkswagen Golf GTI no fue el primero de la historia, pero sí uno de los más memorables, porque fue uno de los mejores en resolver ... la ecuación.
Entonces, en 1976, las diferencias entre un GTI y un modelo de serie no eran muchas, aparte del motor (de 110 CV en vez de 70 CV), la palanca de cambio y la tapicería. Hoy, existe un abismo entre la versión de acceso al compacto de Volkswagen y su versión más deportiva, el R.
Este acabado, aún más potente que el GTI y con tracción a las cuatro ruedas, se introdujo con la cuarta generación del Golf, en 2002. Fue entonces cuando empezaron a divergir los caminos de lo que los entusiastas habían considerado la filosofía del Golf.
Entonces, de vuelta a la misma pregunta. ¿Acaso un 'hot hatch' tiene que ser inherentemente asequible? Si se toma en consideración que el Golf R 20 aniversario cuesta 67.570 euros, parece evidente que las altas prestaciones, al menos el tope de gama, están reservadas a unos pocos.
El Golf GTI actual, un deportivo compacto excelente, parte de los 45.985 euros.
Sin embargo, el Golf R hace tiempo que se distanció de este segmento para convertirse en algo diferente y aspiracional. No importa que por ese precio se pueda acceder a otros modelos que, objetivamente, suponen mejores ofertas de valor: el Golf es una vehículo que tiene una alta fidelidad.
Al R se le ha criticado por ser demasiado «serio». Aséptico, incluso. En el interior prácticamente no hay botones y es fácil perderse en los menús que hay en el sistema multimedia. Pero, dada la importancia que tiene este modelo para Volkswagen –no por nada Auto Express lo nombró el mejor automóvil de la historia–, se han tomado muy en serio las sensaciones de conducción.
Y cuando un alemán se toma en serio un automóvil, es una garantía de éxito.
Los 333 caballos del Golf R se entregan con la suficiente velocidad gracias a su turbocompresor, lo cual es muy satisfactorio –acelera de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos–, pero más lo es la tracción a las cuatro ruedas.
Si el GTI se siente lo suficientemente temerario como para intuir dónde está el límite del agarre de las gomas en las curvas, con el R eso no ocurre: en todo momento se siente el coche bajo control, con precisión de estudio de arquitectura y fluidez en su recorrido.
En 2023, es difícil justificar la compra de un compacto con 333 caballos por casi 70.000 euros. Pero no se trata de tomar una decisión racional. El Golf R existe porque no puede desaparecer, es demasiado importante como para hacerlo. Con él, el Grupo Volkswagen demuestra que, aunque ahora sea mucho más que un 'hot hatch', su espíritu original perdura.
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