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U. Mezcua
Domingo, 14 de noviembre 2021, 01:03
El Model Y, el último lanzamiento de la norteamericana Tesla, hace escasos tres meses que inició su comercialización en España. En su variante Gran Autonomía, la única que por ahora está disponible hasta la llegada de la deportiva Performance -a lo largo del primer ... trimestre de 2022-, ofrece más de 500 kilómetros de autonomía homologada y, según hemos podido comprobar en una prueba en profundidad, un comportamiento sorprendentemente ágil.
En persona, lo primero que llama la atención son sus grandes dimensiones. Con 4,075 mm de longitud, 2,12 de anchura y 1,62 de altura nos encontramos ante uno de los SUV compactos más grandes del mercado, y de hecho Tesla prevé ofrecer en el futuro una variante con una tercera fila de asientos y hasta siete pasajeros. Dichas dimensiones son bien aprovechadas en el interior, con un habitáculo particularmente amplio y dos maleteros de dimensiones generosas. El trasero ofrece, según Tesla, una capacidad de 854 litros, si bien cabe recordar que la medición es hasta el techo, dado que el modelo carece de bandeja de cobertura, lo que puede suponer que se cuelen ruidos procedentes de la carga. El delantero cubica 117 litros, y es idóneo para almacenar un cable de recarga.
El interior destaca por lo que se podría denominar “sobriedad tecnológica”. No hay botones, y tampoco mandos físicos, salvo el volante, una palanca de cambios insertada en la columna de dirección y otra, en el lado izquierdo, para los intermitentes. Al igual que el modelo del que deriva, el Model 3 (comparten más del 70% de las piezas), el protagonismo es para una enorme pantalla de tipo tablet de 15 pulgadas que es el verdadero epicentro del vehículo. Con ella se maneja absolutamente todo: desde la climatización hasta las luces, los modos de conducción o hasta la apertura de la guantera.
La calidad de visualización es excelente, y el funcionamiento del sistema operativo que controla las diversas funciones es muy ágil y, al menos durante nuestra prueba, sin ningún tipo de cuelgue. Y aunque la misma pantalla hace las veces de cuadro de instrumentación, lo que obliga a desviar la mirada mínimamente hacia la derecha, la experiencia es mucho menos incómoda de lo que parece. Eso sí, se echa en falta un pequeño cuadro de instrumentación complementario, a la manera del que equipan rivales como el Volkswagen ID.4 o el Ford Mustang Mach E. O, al menos, un head up display que proyecte la información directamente en la línea de visión del conductor.
También se controla mediante la pantalla aspectos como la colocación de los retrovisores laterales y la posición del volante, que cuenta, por cierto, con ajuste telescópico: primero se selecciona la función en la pantalla y, posteriormente, se ajusta con dos ruedas en los laterales del volante, que también se usan para ajustar el volumen o la velocidad de marcha con el asistente de ayuda a la conducción AutoPilot activado. Pero si la falta de un botón físico para manejar la climatización ya supone una distracción a la hora de ajustar la temperatura -aunque es de justicia reconocer que Tesla permite a cambio un ajuste prácticamente total de las posiciones de ventilación a través de la pantalla- , más aún lo es el tener que ajustar la velocidad de las escobillas del limpaparabrisas, como nos ha sucedido, con lluvia intensa y de noche.
La tracción es siempre total gracias a los dos motores eléctricos, situados uno en cada eje (más adelante llegará una variante de propulsión trasera). En marcha destaca especialmente, como ya hemos mencionado, su agilidad. Con una aceleración de 0 a 100 de solo 5 segundos, y una velocidad máxima de 217 kilómetros por hora, sus reacciones son más propias de un deportivo que de un SUV de dos toneladas. Su bajo centro de gravedad, gracias a la ubicación de las baterías, permite además un buen comportamiento dinámico. La dirección es bastante directa e informativa y la suspensión, aunque firme, no es incómoda. Quizá los frenos sea el aspecto donde mayor margen haya de mejora, en el caso de un uso intensivo y continuado. Cabe mencionar, no obstante, que el coche incorpora un sistema de retención inteligente que recupera energía al levantar el pie del acelerador, lo que evita hacer un uso tan intensivo del freno como en un coche térmico convencional. El Model Y nos ha parecido además muy eficiente, con un consumo medio durante nuestra prueba de 17,7 kWh y una autonomía real que holgadamente supera los 450 kilómetros.
Mención especial merece el sistema AutoPilot de Tesla, una ayuda avanzada a la conducción que, pese a lo que su nombre pueda sugerir, no es equiparable a la conducción autónoma. Dicho sistema funciona como un conjunto de asistentes, al agrupar, por ejemplo, el mantenimiento de carril o el de distancia con el vehículo precedente. El de Tesla es particularmente avanzado, dado que permite, por ejemplo, cambiar de carril de manera automática bajo supervisión del conductor (debe accionar mínimamente el volante) o navegar hacia un destino predefinido de forma automática (en este caso el coche, en autovía, puede sugerir el mejor carril para circular o incluso tomar una salida de forma autónoma).
El conductor, no obstante, debe confirmar que sigue atento a la conducción mediante un leve movimiento de volante cada veinte segundos (exigencia de la normativa europea), y hará bien en hacerlo, dado que el sistema no es infalible, y puede detectar obstáculos donde no los hay y viceversa. Ni siquiera debe confiarse con la expansión opcional Capacidad de conducción autónoma total, que se traduce en que el vehículo aminora al acercarse a un semáforo en ciudad: durante nuestra prueba, optó por frenar siempre, aunque dicho semáforo estuviera en verde. A este respecto cabe recordar que Tesla somete a constantes actualizaciones en sus vehículos, por lo que puede solventar estos problemas más adelante.
El interior nos ha gustado especialmente por la buena calidad de los ajustes, dejando atrás problemas puntuales de calidad que percibimos en anteriores lanzamientos de la marca. El tacto del volante es excelente y particularmente agradable. Los materiales al alcance de la mano son blandos y de tacto agradable, y la sensación general es que, aunque no se pueda calificar de coche lujoso, sí está por encima de la media. El remate en madera del salpicadero es además sobrio pero a la vez elegante.
Se trata de un coche muy espacioso, también para los pasajeros de las plazas traseras, y su amplitud se ve reforzada por un enorme techo panorámico no practicable, en nuestra unidad con acabado Premium Interior -añade también asientos delanteros con ajuste eléctrico y asientos delanteros y traseros calefactados, una función particularmente útil para evitar recurrir a la climatización y maximizar la autonomía; base de recarga inalámbrica para dos smartphones, sistema de sonido de alta calidad y filtro de aire HEPA de calificación médica-. Dicho techo está cubierto con un recubrimiento que filtra los rayos solares, con protección ultravioleta e infrarroja, si bien habría que comprobar hasta qué punto es eficaz en condiciones de pleno sol en un país caluroso como España (nuestra prueba tuvo lugar a principios de noviembre).
Un punto fuerte es la integración del coche con servicios como Google Maps o Spotify; y otro la oferta de entretenimiento disponible, con juegos o acceso a internet para hacer más ligeros los tiempos de espera necesarios para la recarga del coche. Unos tiempos de espera, por cierto, que en Tesla pueden ser particularmente reducidos (en función del punto de carga), gracias a que el vehículo admite potencias de hasta 250 kW en carga continua, y puede recarga a velocidades de hasta 1.600 kilómetros por hora en los nuevos Supercargadores V3.
El modelo carece de llave física (está disponible como opción), con vistas a que el propietario configure su propio teléfono móvil como tal, gracias al Bluetooth, lo que de hecho resulta cómodo y evita llevar objetos de más en los bolsillos (salvo cuando la lluvia cae sobre la pantalla, resultando en ese caso puntual un engorro). El teléfono también permite activar la opción “Summon” o invocación, que permite mover el vehículo a baja velocidad desde el exterior, por ejemplo, para sacarlo de una plaza de parking particularmente estrecha. Como opción de emergencia Tesla entrega una tarjeta, que se debe pasar por los marcos de las puertas para la apertura y dejar situada en un espacio específico entre los asientos delanteros.
- Motores : dos eléctricos con 351 CV
- Autonomía homologada : 507 km
- Tracción : total Dual Motor
- Consumo medio homologado : 16,8 kWh
- Maletero : 117 litros delante, 854 detrás
- Precio : desde 64.980 euros, antes de ayudas
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