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J. Bacorelle
Madrid
Lunes, 18 de octubre 2021, 00:25
El galio es un elemento químico de número atómico 31 de la tabla periódica. Pertenece al grupo de los metales del bloque P, un tipo de elementos que tienden a ser blandos y presentan puntos de fusión bajos (es posible que se funda en ... nuestra mano). No sólo tiene unas propiedades físicas que lo diferencian de otros metales, sino que su uso es muy importante en la tecnología actual. Es un elemento bastante poco común en la corteza terrestre, ocupando el número 35 en la lista de elementos más abundantes.
Se puede emplear en curaciones dentales, en semiconductores para su uso en transistores, fotoconductores, fuentes de luz, rectificadores, diodos láser y sistemas de refrigeración. También se utiliza en espejos y en termómetros de alta temperatura.
Además de estas curiosidades, el galio está de actualidad porque puede jugar un papel muy importante en la captación de CO2 de la atmósfera, un gas que contribuye al calentamiento del planeta. Por lo tanto, podría ser de gran utilidad a la hora de combatir las emisiones generadas por los vehículos de combustión, gasolina y diésel, según se desprende de las investigaciones realizadas por un equipo de ingenieros de la UNSW (Universidad de Nueva Gales del Sur).
Los hallazgos han sido publicados en la revista Advanced Materials y el equipo liderado por el profesor de Ingeniería Química Kourosh Kalantar-Zadeh dice que la nueva tecnología tiene el potencial de usarse en una amplia variedad de formas para reducir significativamente los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
El proceso, según explica, se puede realizar a temperatura ambiente y utiliza galio líquido para convertir el dióxido de carbono en oxígeno y un producto de carbono sólido de alto valor que luego se puede utilizar en baterías, o en la construcción o fabricación de aviones.
«Vemos aplicaciones industriales muy sólidas con respecto a la descarbonización. Esta tecnología ofrece un proceso sin precedentes para capturar y convertir CO2 a un costo excepcionalmente competitivo», explica Junma Tang, el primer autor del artículo.
«Las aplicaciones podrían ser en automóviles para convertir gases de escape contaminantes, o incluso a una escala mucho mayor en sitios industriales donde las emisiones de CO2 podrían capturarse y procesarse inmediatamente utilizando esta tecnología«, afirma Tang
El proceso recién descubierto disuelve el gas CO2 capturado en un disolvente alrededor de nanopartículas de galio, que existen en estado líquido por encima de los 30 grados Celsius.
El reactor también contiene varillas de plata sólida de tamaño nanométrico que son la clave para generar las reacciones triboelectroquímicas que tienen lugar una vez que se introduce la energía mecánica (por ejemplo, agitación/mezcla). Se produce una reacción triboelectroquímica en las interfaces sólido-líquido debido a la fricción entre las dos superficies, y también se crea un campo eléctrico que desencadena una reacción química.
Las reacciones rompen el dióxido de carbono en oxígeno gaseoso, así como láminas carbonáceas que 'flotan' hacia la superficie del recipiente debido a las diferencias de densidad y, por lo tanto, pueden extraerse fácilmente.
El equipo de investigación muestra una eficiencia del 92 por ciento en la conversión de una tonelada de CO2 como se describe, usando solo 230kWh de energía. Estiman que esto equivale a un coste de alrededor de 100 dólares por tonelada de CO2.
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