La electrificación en España se queda rezagada frente a la media europea

En el ámbito europeo, el fin de las ayudas a los coches híbridos enchufables en Alemania ha provocado en ese país una caída de 7,2 puntos en 2023. Esto ha permitido que España, con una mejora del 4,6, haya conseguido recortar 6 décimas frente a la media de la Unión Europea.

Destaca el aumento de Países Bajos, Portugal y Francia. En el caso de Portugal, el notable aumento experimentado durante el 2023 le ha permitido colocarse ya en la cuarta posición del ranking por delante de Francia y Reino Unido.

El Barómetro de Electromovilidad de Anfac dibuja un mapa de Europa con dos velocidades, con países como Alemania y Portugal liderando la penetración del vehículo electrificado y, otros, como España, Italia, Hungría o República Checa en el vagón de cola. Paralelamente, el mercado español cuenta ya con una oferta de 123 modelos híbridos enchufables y 187 eléctricos puros a la venta en los concesionarios.

Pero pese a estas cifras, en principio positivas, sigue aumentando la brecha respecto al resto de Europa. España logra una mejora de 3,7 puntos en el indicador global del barómetro de electromovilidad, pero la media europea es ya de 27,4 puntos.

Especialmente significativa es la comparación con países como Portugal, donde con una densidad de población similar a la nuestra, cuenta con una media de 698 puntos de recarga por millón de habitantes. Una cifra similar a la española, con 610 puntos por millón. Pero sin embargo nuestros vecinos logran una cuota del 38,8% de vehículos electrificados, la más alta de Europa, frente al 12% de España, a la cola del ranking.

En el último año ha aumentado notablemente el número de puntos de recarga pública para coches eléctricos en España, que ha alcanzado la cifra de 29.301 puntos, con 11.173 nuevos cargadores, el mayor crecimiento anual registrado desde la publicación del primer Barómetro de la Electromovilidad de Anfac en 2019.

A pesar del fuerte crecimiento en puntos de recarga en 2023, su número, queda lejos de los 45.000 fijados como objetivo para el año pasado si queremos alcanzar las metas marcadas en el PNIEC y en el Fit for 55.

Según José López-Tafall, director General de Anfac, «los cargadores de alta potencia apenas suponen el 5% del total y no existen puntos de carga de acceso público dedicados específicamente a vehículo pesado, ni en términos de potencia ni en términos de accesibilidad». Parte del problema según esta organización, está tanto en el número de cargadores como en su calidad.

Según sus datos, el 77% de los puntos re recarga públicos sin de baja potencia, con tiempos de recarga mínimos de 3 horas. De la red actual tan solo 1.525 puntos, un 5%, son de carga ultrarrápida de por lo menos 150 kW. Pero además, aunque se ha reducido considerablemente el número de puntos instalados pero no operativos, actualmente quedan en esta situación más de 7.728 cargadores. Desde Anfac calculan que, si estos puntos estuviesen operativos, en nuestro país habría 37.029 puntos de recarga de acceso público. Y de ser así, España pasaría de 6,7 a 8,6 puntos en el indicador de infraestructura de recarga del Barómetro de electromovilidad, superando a Portugal e Italia.

«Los datos de recarga este año son positivos, y los ciudadanos deben saber que es posible circular sin problemas con un vehículo eléctrico por el territorio. Sin embargo, no estamos yendo al ritmo que deberíamos», afirma López-Tafall.

Para conseguir recortar distancias respecto a Europa, desde Anfac proponen una serie de medidas urgentes con las que potenciar el mercado electrificado y al mismo tiempo consolidar la posición industrial de España.

En primer lugar abogan por la sustitución urgente del actual MOVES por un plan con ayudas directas tanto para la compra de vehículos electrificados como de puntos de recarga. Desde su punto de vista, estas ayudas deben ser directas, no tributables y de carácter inmediato.

Consideran igualmente necesario agilizar los procesos burocráticos para la concesión de permisos por parte de las entidades locales y regionales para la instalación y funcionamiento de puntos de recarga, principalmente los de carga rápida.

«Tenemos un problema real al que debemos hacer frente como país. Si queremos ser un hub de electromovilidad, necesitamos que las ayudas a la electrificación sean estructurales hasta que su penetración sea masiva en el mercado. No puede ser que estemos agotando los más de 1.200 millones de ayudas a la compra de electrificados pero que buena parte de ellas no hayan llegado al ciudadano. Hemos de ser ágiles y otorgar la ayuda en el momento de la compra; en los países con menos recursos, como España, hemos de conseguir entre todos que el dinero se mueva más rápido», explica López-Tafall.

En tercer lugar, piden la creación de un Centro Estatal para el despliegue de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos y repostaje de vehículos alternativos (CEIRVEA), así como una fiscalidad que incentive la compra del vehículo de cero y bajas emisiones, especialmente en las empresas.

Según el director general de Anfac «el despliegue de puntos de recarga interurbanos lleva más tiempo del deseado y, si no aceleramos el binomio mercado-infraestructura se desacopla» por lo que López-Tafall pide que se aceleren y fijen objetivos vinculantes «no a 2030, sino ya para 2024, 2025 y así año tras año».

Entre los aspectos más positivos del último año incluidos en el Barómetro de Electromovilidad de Anfac destacan las cifras de producción de vehículos eléctricos, que sitúan a España como uno de los países con mayor potencia.

En 2023 la cuota de producción total de vehículos electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables) ha llegado al 13,2%, con una cifra total de 323.255 vehículos, y un crecimiento del 21%. Se fabrican en España 7 modelos híbridos enchufables y 13 eléctricos.