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Juan Roig Valor
Madrid
Sábado, 26 de febrero 2022, 12:24
La invasión rusa de Ucrania ha tenido repercusiones inmediatas en los mercados globales. Uno de los más notables ha sido el precio del petróleo, que ha subido un 8% hasta situarse en los 105 dólares por barril Brent, cotas que no se habían alcanzado desde ... 2014.
Rusia es el tercer mayor productor de petróleo y el segundo mayor exportador del mundo, sin contar con su cuota de mercado en gas natural, que supone un 35% del suministro europeo.
Según los analistas de Reuters, estos precios se mantendrán por encima del umbral de los 100 dólares “hasta que se establezcan ofertas alternativas por parte de la OPEP, EEUU o Irán, por ejemplo”.
El coste de la materia prima es uno de los factores que determinan el precio del petróleo, pero no el principal. Según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), la cotización internacional supone el 35% y el 39% del precio de la gasolina y del diésel —los impuestos representan un 50,5% y un 47%, respectivamente—. Los distribuidores acaban recibiendo un margen bruto de apenas el 2%.
Este incremento en la cotización del crudo no se corresponde exactamente con un 8% más en el precio de los surtidores, sino que un aumento del 10% en este se traduce aproximadamente en un 3% del total. Así, la gasolina podría subir, la próxima semana, tres céntimos más en las estaciones de servicio.
De momento, la operación militar rusa no ha repercutido aún en los precios de la gasolina en España, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. En concreto, su informe cifró en 1,59 euros el litro de gasolina y en 1,48 el de gasóleo. Esto sitúa a España en posición número 13 de los 27 países de la UE y por debajo de la media ponderada de 1,71 y 1,59, respectivamente.
El país más caro para repostar es Holanda, con costes de 2 euros por litro para la gasolina y 1,74 para el diésel. El más barato es Polonia, con 1,19 y 1,2 euros, respectivamente.
Los precios disponibles en el boletín de la UE son medias, a fin de cuentas, y cada gasolinera tiene la capacidad de fijar precios para intentar asegurar sus márgenes de rentabilidad. En Madrid, por ejemplo, la gasolinera más barata, Ballenoil en Collado Villaba, tiene la Sin Plomo 95 a 1,43 euros, lo que supondría pagar, para llenar un depósito de 60 litros, 85,8 euros.
En cambio, la más cara, Repsol en la carretera Carabanchel (Pozuelo), la tiene a 1,73 euros, lo que supondría 103,8 euros de desembolso: una diferencia de 18 euros.
Para el diésel ocurre algo similar: llenar el depósito en Plenoil de El Escorial, donde el litro está a 1,31 euros, implicaría pagar 78,6 euros, mientras que hacerlo en la Galp de Bohadilla del Monte, donde cuesta 1,63, conllevaría una factura de 97,8 euros, una diferencia de 19,2 euros.
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