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Juan Roig Valor
Lunes, 19 de febrero 2024, 04:31
La administración de Joe Biden está ultimando los objetivos para la introducción de vehículos eléctricos en Estados Unidos y los tres principales fabricantes tradicionales del país, Ford, General Motors y Chrysler, conocidos como los 'Big Three' de Detroit, no están contentos.
Unas medidas muy ... ambiciosas, que podrían fijar el objetivo de cuota electrificada en un 67% para 2032 podría costarles más de 14.000 millones de dólares en multas y disparar un debate medioambiental al comienzo de un año electoral.
En enero, los vehículos eléctricos en EEUU se hicieron apenas con una penetración del 8%, mientras que en China, el líder global, este porcentaje ascendió hasta el 29,9%. Dentro de los datos en Norteamérica, la primera posición está dominada por Tesla, mientras que para los 'Big Three', el mix de ventas apenas supera el 4%.
Detroit es la ciudad más grande de Michigan, un estado considerado como clave en la campaña electoral norteamericana y los tres fabricantes que tienen su sede allí cuentan con una representación considerable del sindicato United Auto Workers (UAW).
Estos han apoyado públicamente la reelección de Biden –el partido republicano es, por usar un eufemismo, menos favorable a los convenios colectivos–, pero también ha sentenciado que su impulso a la electrificación pone en riesgo puestos de trabajo en la industria norteamericana.
Su principal rival, Donald Trump, ha hecho el desvirtuar el coche eléctrico una parte fundamental de su campaña, presentándolo como una concesión ante China y una «estafa» que destruirá empleo.
Tesla, que no tiene representación sindical, ha afirmado que los objetivos del Gobierno son demasiado laxos y propuso que se llegase a un 69% de penetración eléctrica en 2030 y a un 100% en 2035.
Por su parte, los fabricantes en comentarios públicos han solicitado un ritmo menor de adaptación para sus vehículos y que no se reduzcan los créditos de emisiones que suponen las ventas de coches eléctricos, como ya ocurre por parte del Departamento de Energía. De ser así, afirma GM, los 'Big Three' incurrirán en «costes desproporcionados medioambientales».
Stellantis, la matriz europea de Chrysler, por su parte señaló que la Administración Biden «ha ignorado completamente los beneficios que suponen los vehículos híbridos enchufables». La compañía vende una pick-up Ram con esta tecnología, así como modelos de Jeep y Chrysler.
Carlos Tavares, el consejero delegado de Stellantis, afirmó que la guerra de precios en el mercado eléctrico, iniciada por Tesla en China, y la necesidad de reducir los costes industriales por parte de los fabricantes «será un baño de sangre».
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