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Unai Mezcua
Jueves, 27 de agosto 2020, 01:00
La buena evolución de la demanda en julio y agosto ha hecho florecer los primeros brotes verdes en el motor. La mayoría de fábricas regresan tras el parón de agosto a niveles previos a los que tenían antes del confinamiento. Y tanto Volkswagen, en Navarra, ... como Opel, en Zaragoza, han anunciado esta semana que harán nuevas contrataciones. Buenas noticias para un sector que en el primer semestre perdió 9.100 empleos y vio al 75% de sus trabajadores en ERTE.
En junio, último mes con datos, la producción retrocedió un 19,2%, frente al hundimiento del 98% de abril y del 68% en mayo. En julio, las ventas de coches crecieron un 1,1%. Y los datos de agosto, a falta de pocos días para que termine el mes, continúan en positivo. También han remontado en el resto de mercados importantes de Europa, salvo Alemania, donde retrocedieron un 5,4%. En Francia y Reino Unido julio, segundo y tercer mercado para los coches españoles, se incrementaron un 3,9% y un 11,3%. De hecho la patronal Anfac se plantea revisar ligeramente al alza su previsión para el ejercicio, recortando en 50.000 ó 100.000 unidades la caída de 700.000 que estimaba antes del verano -lo que supondría hacer entre un 20 y un 25% menos vehículos que en 2019-. Con el rabillo del ojo, sin embargo, se mira a la evolución del Covid.
«Ahora mismo lo que existe es incertidumbre», explica Jordi Carmona, secretario de Industria de UGT FICA, que avisa de que la percepción negativa, a pesar de «particularidades» como el anuncio de Volkswagen en Navarra, es generalizada en todo el tejido industrial, desde las fábricas de coches a los concesionarios y talleres. «Hay incertidumbre para este año y, lo que es más preocupante, también para el que viene». Según un estudio publicado por Randstad, tan solo el 21% de las empresas del sector confía en haberse recuperado completamente a finales de año.
La plantilla de la factoría de Ford en Valencia regresó al trabajo el 24 de agosto «con total normalidad», explican desde la dirección, que insiste en que «dada la volatilidad del mercado estamos monitorizando la demanda prevista para los próximos meses y mantenemos el diálogo abierto con los sindicatos». La planta está además en pleno proceso de ejecutar las 350 bajas del ERE acordado antes del estado de alarma, para recortar la producción de forma estructural en 100 unidades diarias; e inmersa ya en la fabricación del nuevo Kuga.
La firma de los nuevos convenios colectivos, en junio en Madrid y en julio en Valladolid, supuso un respiro para las plantillas, al garantizar al menos hasta final de año los puestos de trabajo pese a la intención inicial de la empresa de aplicar un ERE extintivo. En ambas factorías aún se han previsto días sueltos de ERTE hasta el 30 de septiembre.
El 23 de julio la empresa trasladó a los sindicatos un incremento de la producción a 126.400 unidades, tras recibir un pedido extra de 2.900 vehículos que ayudó a cerrar la cartera de pedidos al 100% en septiembre y al 50% en octubre. La factoría mantiene medidas de flexibilidad, como el mantenimiento de los días activables con cargo a bolsa como días no productivos. Y hay cinco días laborables en la cuenta de referencia para dar cobertura ante eventualidades. El calendario laboral tendrá este año 210 días, y 218 el próximo.
Nissan no pudo el lunes reiniciar la actividad en sus plantas de Barcelona como había acordado con los sindicatos. Algunos proveedores, como Acciona Facility Services, han decidido romper con antelación sus contratos, tras el anuncio de cierre de las instalaciones a partir de diciembre de 2021. Su retirada ha forzado a la japonesa a retrasar al menos una o dos semanas más la producción. Los empleados de la subcontrata iniciaron ayer una huelga indefinida, y el equipo directivo de Nissan ha trasladado que está «analizando las alternativas para reiniciar la producción lo antes posible».
Opel comunicó el martes a los sindicatos de la fábrica de Figueruelas (Zaragoza) la decisión de seguir adelante con el segundo turno de noche a partir del 5 de octubre. El fabricante, integrado en el grupo galo PSA, no ha especificado el número de contrataciones, aunque según ha podido saber ABC se contactará con unos 300 candidatos. Sara Martín, presidenta del comité de empresa, avanza a este periódico que «si el Covid lo respeta» en octubre se podría alcanzar una producción de 2.200 coches al día, al máximo de su capacidad. La planta fabrica actualmente 1.859. En Vigo, aunque se aprobó un ERTE hasta final de año, la dirección ha trasladado a los sindicatos una previsión de alta actividad para todo septiembre y el tercer trimestre, con turnos en los sábados y en la noche de los domingos. Y en Madrid ha comenzado la producción del nuevo C4 y su versión eléctrica, que ya ha retomado tras el parón veraniego. Equipa la nueva plataforma multienergía CMP, lo que facilitaría atraer un segundo modelo en el futuro.
Las fabricas de Valladolid, Palencia y Sevilla finalizaron sus ERTE en junio y julio. Las plantas españolas esquivaron recortes de calado en el plan Self Help presentado en mayo, por el que Renault eliminará casi 15.000 empleos entodo el mundo, y están bien preparadas para el futuro con la llegada del nuevo Captur y Megane PHEV. Valladolid ya fabrica a un ritmo de 1.100 unidades diarias; y Palencia a unas 900, lo que lleva a la multinacional a hablar de «situación normalizada».
Seat dejó atrás el ERTE el 21 de junio. Desde la empresa trasladan que las expectativas para el resto del año «son optimistas», si bien insisten en que «para Martorell, como para cualquier otra planta, el tramo final del año dependerá en buena medida de la evolución global del Covid». Vuelve al trabajo el próximo lunes tras la pausa de agosto con el mismo número de turnos que antes del cierre de marzo, con unos 2.000 coches al día, tras revisar al alza en junio el programa operativo con 6.000 coches más. Para cumplirlo habrá seis turnos extra los fines de semana, que podrían extenderse al resto del año, al calor del arranque de producción de dos nuevos modelos: el Cupra Formentor y el León PHEV.
Anunció el martes que contratará 452 trabajadores eventuales para responder a la solicitud de la central en Wolfsburg (Alemania) de fabricar unos 5.000 Polo más hasta final de año. Está previsto que los nuevos contratos se prolonguen hasta finales de 2020. El volumen anual se moverá en el entorno de los 247.000 vehículos (137.000 T-Cross y 110.000 Polo), puesto que la producción diaria se incrementará de 1.438 a 1.581 coches. El presidente de Volkswagen Navarra, Emilio Sáenz, ha hecho no obstante un llamamiento a la prudencia: «La situación sigue siendo de máxima inestabilidad, por lo que nuestra mirada al futuro cercano tiene que mezclar optimismo, trabajo humilde y cautela».
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