Ford y Volkswagen se enfrentan a multas por no cumplir los objetivos de CO2 de Bruselas

Este último, el mayor grupo de automoción de Europa –y el segundo del mundo– tiene una tarea especialmente ardua ante sí. Según los analistas de Jato Dynamics, el constructor tiene que reducir sus emisiones alrededor de un 15%, en un entorno en el que la demanda de vehículos eléctricos se está enfriando.

Por cada coche que los fabricantes matriculen por encima de este nivel, la Comisión Europea les multará con 95 euros, algo que rápidamente se podría convertir en multas millonarias. De hecho, en 2020, las sanciones totales ascendieron a 510 millones de euros.

Por ejemplo, Suzuki se pasó del límite establecido por 10,4 gramos, por lo que cada vehículo fue penalizado con casi 1.000 euros. Al vender 160.570 coches, las multas ascendieron a 160 millones.

Las emisiones se calculan en base a la masa total de la flota, así que los vehículos más pesados tienen más margen de maniobra que los pequeños –aunque también lo tienen más difícil para reducirlo–.

Una estrategia a la que pueden recurrir los constructores es la de unir sus flotas a las de otras marcas que estén por debajo del umbral. De hecho, esto ha resultado ser muy lucrativo para Tesla, cuyos modelos 100% eléctricos le han hecho ingresar más de 8.000 millones para alcanzar los objetivos de emisiones.

De momento, solo Tesla y el Grupo Geely están por debajo del límite de CO2. Geely cuenta con una presencia elevada de modelos cero emisiones entre sus marcas Volvo, Polestar y Smart, y sus otros emblemas tienen opciones híbridas.

De los fabricantes tradicionales, Toyota es el que más cerca está de alcanzar los objetivos de Bruselas, según la consultora alemana Dataforce. El grupo japonés alcanzó, a mitad de año, una media de emisiones de 105 gramos de CO2 por kilómetro.

En el extremo contrario se encuentran Volkswagen y Ford, con 123 y 125 gramos de media, respectivamente. La manera más efectiva de reducir estos indicadores sería matricular el mayor número de vehículos eléctricos, de los que ambos fabricantes disponen en sus gamas, pero la demanda simplemente no se encuentra.

Esto se debe a que el mayor mercado de automoción de la UE, Alemania, suprimió los incentivos a la venta de vehículos cero emisiones y que los modelos siguen teniendo una diferencia considerable de precio en comparación con sus homólogos térmicos.

En la primera mitad del año, la cuota de mercado de los coches eléctricos en la UE cayó al 13,3%, medio punto porcentual que el mismo periodo del año pasado. Los modelos híbridos son por lo que están optando los clientes y suponen prácticamente la mitad de las matriculaciones.

Los híbridos enchufables también son una gran medida para reducir las emisiones, dado que presentan medias de consumo homologadas muy bajas. Sin embargo, la UE pretende aumentar el escrutinio del tiempo en el que se usan en modo eléctrico, algo que podría resultar perjudicial para sus ventas.

Ante estas condiciones, el consejero delegado del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, afirmó durante la presentación de sus resultados anuales que «es absurdo que la industria tenga que pagar penalizaciones cuando las condiciones para impulsar la electromovilidad en Europa no están implementadas».