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Unai Mezcua
Martes, 16 de noviembre 2021, 19:27
Todos los fabricantes de automóviles están en camino de cumplir sus objetivos de CO2 para 2021, y todos ellos los cumplirán a finales de año, según estimaciones de la federación ecologista Transport&Environment. Cinco agrupaciones, o pools tal y como los denomina la normativa, ... ya cumplen desde el pasado mes de julio. Se trata de Tesla-Jaguar Land Rover-Honda; BMW, Daimler y Stellantis; Ford, Toyota-Mazda-Suzuki-Subaru y Kia están a menos de 2 gramos por kilómetro; y Volkswagen, Hyundai y Renault-Nissan-Mitsubishi están en el entorno de los 3.
En el cumplimiento, no obstante, tienen un importante papel las cuatro flexibilidades que contempla la normativa: ajustar el objetivo de cada fabricante en función de la masa media de los coches que venda (lo que beneficia a aquellos que venden más SUVs, paradójicamente coches más pesados y contaminantes); los créditos a la ecoinnovación (recompensan evoluciones tecnológicas eficientes, como los faros LED), los «pools» o asociaciones con fabricantes menos contaminantes; y los supercréditos a la venta de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, que bonifican su venta.
Todas ellas permiten a los fabricantes reducir hasta en un 16% la brecha con su objetivo de emisiones y, según estima T&E, frenan la venta de 840.000 vehículos al año en Europa. En 2025, además, entrará en vigor una nueva flexibilidad: una bonificación en forma de crédito a la venta de coches de cero y bajas emisiones (ZLEV), que reemplazará a los actuales supercréditos, y otorgará un crédito a los vehículos eléctricos y de hidrógeno y menos de 1 a los híbridos enchufables.
Dicha bonificación permitirá reducir hasta un 5% el objetivo de CO2 de los fabricantes si venden más de un 15% de vehículos limpios entre 2025 y 2029, lo que, según T&E, «hará que los coches nuevos emitan un 6% más de CO2»: «La venta de un alto porcentaje de vehículos eléctricos crea espacios para vender vehículos de mayores emisiones, como los SUV«, resumen los ecologistas, que piden poner fin a estas flexibilidades porque, según dicen, «retrasan el momento en el que el precio de los coches de cero emisiones alcance a los modelos convencionales» y hacen que la industria automovilística de la UE «corra el riesgo de no avanzar lo suficientemente rápido y cedan el liderazgo a otras regiones del mundo".
Los propios planes de los fabricantes automovilísticos de reducción de emisiones van más allá de lo que fija actualmente la normativa europea. T&E afirma que «si los fabricantes cumplen con sus planes voluntarios, el CO2 de los coches nuevos se reduciría hasta un 30 o 35% en 2025». La actual normativa fija en un 15% el recorte obligatorio para esa fecha. La Unión Europea se ha marcado el objetivo de endurecer el recorte hasta el 55% en 2030, dentro de la hoja de ruta «Fit for 55», que quiere acabar con los coches térmicos a partir de 2035. Según T&E, en la misma fecha, si los fabricantes cumplen sus propias hojas de ruta la reducción de emisiones sería de entre el 65 y el 70%.
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