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Juan Roig Valor
Madrid
Jueves, 17 de febrero 2022, 01:52
La Comisión Europea ha retrasado hasta el próximo julio las propuestas para la nueva normativa de emisiones Euro 7. Originalmente prevista para que entrase en vigor en 2025 y sustituyera a la Euro 6 vigente de 2014, el retraso ha hecho sonar las alarmas en ... los grupos de presión medioambientales, que abogan por una implementación rápida.
Un ejemplo es la Asociación para el Control de Emisiones por Catalizador (AECC), cuyo director, Dirk Bosteels, mandó una carta abierta al comisario de Mercado Interno, Thierry Breton, «lamentando profundamente el aplazamiento, ya que la nueva norma es lo que permitirá a los motores de combustión híbridos alcanzar emisiones ultrarreducidas en condiciones reales de conducción».
El cambio legislativo es crítico para la industria del automóvil europea, ya que determina los límites que tienen que cumplir los fabricantes en un momento en el que están llevando a cabo la transición del motor térmico a la electrificación. La patronal comunitaria, ACEA, llegó a afirmar que las primeras propuestas para la reforma, hasta seis veces más severas que las actuales, «serían el fin de la propulsión por combustión».
Desde entonces, Bruselas reculó en las directrices presentadas por su consorcio de asesoramiento para bajas emisiones (CLOVE), afirmando que primaría un enfoque que tecnológicamente neutro, pero en julio de 2021 presentó su paquete de medidas 'Fit for 55', en la que propusieron 2035 como el fin de la venta de motores de explosión.
La semana pasada, Nissan afirmó que dejaría de desarrollar este tipo de órganos para el Viejo Continente, alegando unos costes demasiado altos en un momento en el que la Alianza se quiere enfocar en la movilidad cero emisiones.
Una introducción de la Euro 7 en 2025 dotaría a los fabricantes de una década para crear vehículos bajo las nuevas condiciones, lo que se traduciría en, por lo menos, un ciclo industrial más para cada modelo. Sin embargo, los retrasos para adoptar las medidas definitivas —originalmente previstos para el último trimestre de 2021— «minan la credibilidad medioambiental de la Comisión Europea», según la organización climática Transport & Environment (T&E).
En otra carta dirigida al Gobierno de Ursula von der Leyen, T&E afirmó que «el retraso injustificado vulnera los esfuerzos de la Unión Europea para limpiar el aire de las partículas tóxicas generadas por el transporte terrestre».
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