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Martes, 22 de octubre 2024, 08:42
Las subvenciones que la Unión Europea otorga a los conductores de vehículos de empresa que utilizan coches de combustión, gasolina y diésel, suponen un coste de 42.000 millones de euros al año a los contribuyentes, según recoge un estudio que la Federación de Federación ... Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E).
Según el informe, los subsidios a los combustibles fósiles en Italia, Alemania, Francia y Polonia son muy elevados. Esto se debe principalmente a significativas exenciones fiscales sobre las prestaciones en especie (BiK, por sus siglas en inglés) para los conductores de coches de empresa que utilizan combustibles como la gasolina y el gasóleo.
Este beneficio fiscal favorece desproporcionadamente a los consumidores con mayor poder adquisitivo, ya que los conductores de coches de empresa ganan casi el doble que el consumidor europeo promedio, según el análisis de T&E.
Desde esta organización aclaran que si los beneficios fiscales por poseer un coche de empresa eléctrico son mayores que los de un coche de gasolina, se incentiva a las empresas y empleados a cambiar a un vehículo eléctrico.
«En lugar de otorgar subsidios a coches de empresa que usan combustibles fósiles, los incentivos fiscales deberían priorizarse para vehículos eléctricos», sostiene la organización.
Sin embargo, indica que en Italia, España y Polonia, los coches eléctricos reciben menos beneficios que los coches de combustibles fósiles. Mientras que en Alemania y Francia, los beneficios para un coche de empresa eléctrico son solo marginalmente más altos.
El Reino Unido es el único país donde la diferencia en los beneficios fiscales es lo suficientemente alta como para incentivar a las empresas a optar por un vehículo eléctrico.
Asimismo, el informe señala que tanto el Reino Unido como España tienen un sistema fiscal más equitativo, con tasas más altas de prestaciones en especie (BiK), que contrarrestan las exenciones fiscales por amortización y la deducción del IVA para vehículos de gasolina y diésel.
En el caso de España, tiene una tasa BiK relativamente alta, pero no logra incentivar a las empresas a optar por coches eléctricos, lo que resulta en una baja adopción de vehículos eléctricos en las compañías (3,7%).
Por otro lado, el estudio indica que, al observar los coches de gasolina más vendidos por segmento, los conductores de vehículos de empresa reciben, en comparación con un comprador particular, un beneficio fiscal anual promedio de 6.800 euros.
Este beneficio puede llegar hasta los 21.600 euros para los vehículos altamente contaminantes del segmento E, en su mayoría SUV (vehículos deportivos utilitarios). Cuanto más CO2 emite el coche, mayor es el subsidio a los combustibles fósiles que recibe, destaca el informe.
Los SUV suelen tener emisiones de CO2 mucho más altas que el coche promedio y, por lo tanto, un mayor impacto climático. Un conductor de un coche de empresa SUV de gasolina recibe hasta 8.900 euros en beneficios fiscales al año, mucho más que los 5.500 euros de un coche promedio del segmento C.
El beneficio total que reciben todos los conductores de coches de empresa SUV (gasolina, diésel e híbridos enchufables) en los cinco países de la UE señalados le cuestan a los contribuyentes 15.000 millones de euros al año, lo que representa el 36% del total de 42.000 millones de euros.
Según T&E, esto explica «por qué las empresas registran el doble de SUVs perjudiciales para el clima en comparación con los hogares privados».
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