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Juan Roig Valor
Jueves, 30 de mayo 2024, 06:30
Todas las miradas están puestas en la semana que viene: el próximo 5 de junio se espera que la Comisión Europea publique sus hallazgos preliminares sobre el grado de intervención estatal por parte de Gobierno chino en sus fabricantes de automoción.
Esta iniciativa surgió a ... finales de 2023, cuando la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que «el precio de los coches eléctricos chinos se mantiene artificialmente bajo a través de grandes subsidios estatales que distorsionan nuestro mercado».
China lleva siendo años el mayor país productor de automóviles del mundo y en 2023 superó la cota de los 30 millones de unidades. Además, le arrebató el primer puesto a Japón como el principal exportador de vehículos, con cinco millones de unidades.
Sin embargo, tiene la capacidad productiva para ensamblar hasta 45 millones de vehículos al año. Esto hace que la amenaza de la sobreproducción se convierta en la espada de Damocles que pende sobre Occidente.
Mientras Europa sopesa los correctivos comerciales que establecer, Estados Unidos ya ha tomado una decisión al respecto. El pasado 22 de mayo, su presidente, Joe Biden, cuadruplicó los aranceles para los vehículos eléctricos provenientes de China y duplicó los de los semiconductores, hasta el 100% y el 50%, respectivamente.
Europa es el mayor mercado de automoción para China fuera de sus fronteras. A día de hoy, la UE aplica una tasa del 10% para los coches. Según Reuters, cada 10% adicional le podría costar a los fabricantes asiáticos 1.000 millones anuales, basándose en los datos comerciales de 2023.
En cambio, China es el principal mercado para los fabricantes alemanes, que acumulan un 17,8% de cuota en el país. En abril, el canciller teutón, Olaf Scholz, afirmó desde Pekín que sería mejor para los europeos convencer a Xi Jinping para rebajar sus aranceles –hoy son un 15%– en vez de imponerles más. A su visita le acompañaron los consejeros delegados de BMW y Mercedes, que hicieron eco de su mensaje.
Los franceses, en cambio, no tienen tanto éxito en Asia, con un 0,5% de cuota. Hace dos semanas, el CEO de Stellantis, que controla marcas como Peugeot, Alfa Romeo o Fiat, anunció que distribuiría y «exploraría opciones de fabricar» los modelos del fabricante chino Leapmotor. «Queremos ser parte de la ofensiva china», afirmó en la presentación.
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