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Madrid
Domingo, 13 de septiembre 2020, 01:18
Los vehículos eléctricos ganan terreno en España. Solo en agosto, sus matriculaciones crecieron un 115,6% respecto al mismo mes de 2019. En los 8 primeros meses del año, las ventas de este tipo de automóviles, con etiqueta «Cero» de la DGT, aumentaron un 8, ... 2% frente al periodo enero-agosto del ejercicio pasado.
Cada vez son más los automovilistas que se convencen de las ventajas de esta tecnología, como la libertad de acceso y estacionamiento en el centro de las ciudades, el comportamiento en carretera y el confort de circular sin ruidos ni vibraciones, pero la infraestructura de recarga sigue siendo insuficiente, a pesar de que en autonomía, hay modelos que ya superan los 300 kilómetros.
Por ello, pre-acondicionar el vehículo adaptando el estilo de conducción y la forma de usar el automóvil a las características de las cadenas de tracción eléctricas es posible ganar hasta un 35% de autonomía. Es más, al circular en modo «cero emisiones», es mejor aprovechar al máximo la inercia y recorrer el máximo de metros posibles sin acelerar. Se calcula que, gracias a la regeneración de energía, cada kilómetro recorrido sin utilizar el acelerador supone 300 metros de autonomía adicional.
Concretamente, para gestionar su autonomía, hay que tener en cuenta que los vehículos que circulan en modo 100% eléctrico aumentan su radio de acción en situaciones en las que el consumo se dispara en automóviles que utilizan la combustión interna. La baja velocidad y el uso de los frenos en atascos y situaciones de circulación densa favorecen la autonomía, mientras la conducción en autopistas desiertas en las que se suele ir a mayor velocidad tienden a reducir la autonomía. En la planificación de rutas largas, conviene minimizar puertos de montaña y carreteras montañosas en las que el incremento de consumo afecta a la autonomía.
Por ejemplo, los coches 100% eléctricos del Grupo PSA disponen de dos modos de recuperación de energía en las frenadas, que pueden activarse desde la palanca de cambio. Para llegar más lejos, el modo Brake («B») permite recuperar autonomía desde el momento en el que se levanta el pie del acelerador. Por su parte, el modo Drive («D») presenta una recuperación que permite un comportamiento similar a un vehículo gasolina o diésel.
Como en el caso de los automóviles convencionales, factores como la carga o el sistema de climatización pasa factura en el consumo de energía. Por esto es importante eliminar objetos o accesorios innecesarios, como las barras de techo, y recurrir a una de las grandes ventajas de los vehículos eléctricos: la posibilidad de programar la calefacción o el aire acondicionado mientras se están cargando, que permite disfrutar de la temperatura óptima a bordo en todo momento sin perder ni un kilómetro de autonomía. Se calcula que un uso excesivo del climatizador puede reducir el radio de acción en un 35%. La presión de los neumáticos también puede sumar autonomía. Unas ruedas poco infladas consumen más energía y reducen el kilometraje posible.
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