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Juan Rodrigo
Martes, 22 de octubre 2024
La industria automotriz europea enfrenta actualmente dos grandes desafíos. Por un lado, los estrictos límites de emisiones de CO2 impuestos por la Unión Europea, que entrarán en vigor en poco más de un año. Estos nuevos estándares fijan un máximo de 93,6 gramos ... de CO2 por kilómetro recorrido, un 15% más estrictos que los actuales, lo que amenaza con multas de hasta 15.000 millones de euros para los fabricantes que no los cumplan. Por otro lado, están los aranceles al coche eléctrico chino, aprobados el pasado 4 de octubre, los cuales podrían entrar en vigor si la UE y China no alcanzan un acuerdo.
Durante el reciente Salón del Automóvil de París, estos temas acapararon la atención de los principales ejecutivos del sector, incluido Luca de Meo, CEO de Renault. «Hemos demostrado que Europa puede competir con China», aseguró De Meo, destacando que Renault ha logrado reducir los tiempos de desarrollo de nuevos modelos a solo dos años, gracias al aprendizaje de las prácticas chinas en la fabricación de vehículos eléctricos. Un ejemplo es el nuevo Twingo eléctrico, cuyo precio rondará los 20.000 euros. Sin embargo, el directivo admitió que los fabricantes europeos se enfrentan a un serio problema: «En Europa, cada ingeniero cree tener la fórmula secreta, mientras que los chinos desarrollan el coche en torno a piezas ya existentes».
Luca de Meo
CEO de Renault
De Meo subrayó que la ventaja de Europa radica en la producción de coches pequeños, ideales para ciudades europeas con calles más estrechas, mientras que los fabricantes chinos se concentran en desarrollar SUVs más grandes. A pesar de esto, el CEO de Renault expresó su preocupación por la electrificación, describiéndola como una «apuesta arriesgada». Las fábricas francesas de Renault, que se han transformado en centros de producción de coches eléctricos, podrían enfrentar dificultades si no aumentan las ventas.
Otros líderes de la industria, como Oliver Zipse, CEO de BMW, coinciden en la necesidad de revisar los objetivos de emisiones de CO2 para 2025. Según Zipse, si la UE no modifica estos límites, Europa continuará dependiendo de las baterías chinas, fabricadas por empresas como CATL y BYD. Luca de Meo comparte esta opinión, añadiendo que la prohibición de motores de combustión para 2035 amenaza las bases de la industria automotriz europea.
De Meo destaca que Renault ha desarrollado una plataforma dedicada exclusivamente a este tipo de vehículos, lo que les permite ofrecer un coche eléctrico más asequible, con un ahorro significativo para los clientes. Con la producción de estos coches en países como Eslovenia, Renault espera vender vehículos eléctricos pequeños por menos de 20.000 euros, algo que, según De Meo, los fabricantes chinos no ofrecen en este segmento.
Sin embargo, De Meo advierte que las nuevas normativas podrían llevar a multas de hasta 20.000 millones de euros para el sector si la UE no retrasa los objetivos de CO2 previstos para 2025. «El mercado de coches eléctricos está a la mitad de lo necesario para cumplir esos objetivos», afirmó, sugiriendo que los clientes todavía prefieren vehículos híbridos. Renault, de hecho, es uno de los líderes en ventas de híbridos en Europa, y estos vehículos han reemplazado en gran medida a los diésel.
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