Luz y taquígrafos para compartir un décimo del premio Gordo de la Lotería de Navidad

El primer paso es identificar adecuadamente a todos las personas que comparten un décimo de lotería porque, como recuerda la Organización de Consumidores (OCU), el décimo es un «documento al portador» y lo cobra quien es dueño del 'tesoro'. Una fotocopia con todos los datos del décimo (número, serie y fracción) y los nombres, el DNI y la firma será más que suficiente para evitar roces si hay miles de euros en juego.

También es habitual mandar una foto del décimo a través de WhatsApp o una red similar. Pero, cuidado. Una imagen puede ser manipulada fácilmente y puede que no sirva como prueba.

A la hora de cobrar (siempre a partir de 2.000 euros debe ser en alguna de las entidades bancarias que colaboran con Loterías) es muy importante que vayan todos los participantes del décimo a la sucursal. Es la mejor manera para que la Agencia Tributaria sepa que se han pagado todos los tributos. Un ejemplo: cinco amigos comparten un décimo. Les tocan 400.000 euros. El Gordo. Como los primeros 20.000 euros están exentos de impuestos, se aplica el 20% sobre 380.000 euros. Es decir, los colegas se reparten 324.000 euros: a los 304.00 euros que quedan tras pasar por Hacienda hay que sumar los 20.000 libres de tasas. Son 64.800 euros para cada uno.

De esta forma, Hacienda ya aplica la retención y el banco realizará los ingresos pertinentes. Un dinero que deberá informarse en la declaración de la renta. ¿Qué pasa si lo cobra uno solo? Repartirá los 324.000 euros y después, cada uno de los cinco amigos, deberá responder de esos ingresos a Hacienda, que lo puede entender de tres maneras: la del premio, la de una donación (y hay que abonar impuestos) o computarlo como una ganancia patrimonial (también impuestos). Cobrarían mucho menos que los 64.800 euros.

En cuanto a las parejas que comparten décimo, dos detalles a tener en cuenta. Si se está en régimen de gananciales, se cobra al 50%. Si hay separación de bienes, el miembro de la relación que lo haya comprado será el que se quede con el dinero, a no ser que se pueda demostrar que era una decisión conjunta.