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Diana Martínez
Viernes, 27 de mayo 2022, 21:28
Desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero, Ucrania ha fomentado una imagen de «invulnerabilidad» militar con una gran resistencia de sus tropas, pero voluntarios critican una faceta que el Gobierno de Volodímir Zelenski no saca a la luz. Y es que estos ... combatientes que luchan en el Dombás se sienten «abandonados», afirman el comandante Serhi Lapko y su lugarteniente Vitaly Khrus al diario 'The Washington Post'. Superados en número, sin especial entrenamiento y con un arsenal menor, su compañía del 5º Batallón Separado de Fusileros ha reducido drásticamente sus filas: de 120 hombres a 54.
Con el inicio de la guerra se unieron a las fuerzas de defensa territorial. Les entregaron rifles AK-47 y les dieron un entrenamiento que apenas duró «media hora». Después recibieron órdenes de dirigirse a Leópolis, luego al sur y posteriormente hacia Lugansk. «Cuando veníamos aquí nos dijeron que íbamos a estar en la tercera línea defensiva, pero llegamos a la línea cero, la del frente», denunció Lapko.
Los combatientes criticaron su situación, la misma que denuncian al menos dos brigadas más. «Los alimentos se entregan todos los días, excepto con bombardeos», explicó Khrus. Cuando los ataques aéreos cortaron las cadenas de suministros durante 48 horas, la compañía tuvo que arreglárselas con una patata al día. «La situación es controlable pero difícil», recalcó el lugarteniente. Denunciaron además que Moscú usa bombas de fósforo, prohibidas por el derecho internacional. «Explota a una altura de 30 a 50 metros, desciende lentamente y lo quema todo», explicó Khrus. «¿Sabes lo que tenemos contra ello? ¡Un vaso de agua y un trozo de tela para taparte la boca!», criticó Lapko.
Por situaciones como esta Zelenski volvió a pedir a Occidente el envío de arsenal. «¿Cuánto tiempo hemos estado luchando para que se proporcionen a Ucrania todas las armas necesarias a fin de cambiar el carácter de la lucha, comenzar a avanzar más rápido y expulsar a los ocupantes? Todas las armas, incluidos los lanzacohetes múltiples», clamó el presidente. En lo mismo insistió su asesor, Mijail Podoliak, que publicó en Twitter un vídeo del funcionamiento de un sistema de lanzallamas ruso. «Algunos socios dudan en dar las armas necesarias, por temor a una escalada. ¿Escalada? Rusia ya está usando las armas no nucleares más pesadas contra los ucranianos, obligando a la gente a quemarse viva», denunció.
Zelenski también subrayó que la actual ofensiva rusa en el Dombás podría dejar «desierta» la región. «Quieren convertir en cenizas a Popasna, Bakhmut, Liman, Lisichansk, Severodonetsk. Como Volnovakha y Mariúpol». Al mismo tiempo, el Ejército del Kremlin lanzaba tres misiles contra Dnipropetrovsk. Uno de los proyectiles impactó en la base de la Guardia Nacional de Dnipró, dejando 10 muertos y 35 heridos.
El jefe de la Defensa Territorial de Dnipró, Gennadii Korban, señaló que la situación está empeorando: Rusia intensifica su ofensiva y la región está rodeada por tres frentes. Asimismo, casi dos tercios del perímetro de Severodonetsk están ocupados por los invasores. La ciudad, en llamas por los continuos bombardeos desde hace ya tres días, «está siendo retenida gracias a los esfuerzos sobrehumanos de los soldados ucranianos», alabó el gobernador del territorio, Oleksandr Striuk.
Por otra parte, este viernes se encontraron cerca de 70 cuerpos bajo los escombros de un edificio en Mariúpol. Los cadáveres se enterrarán en una fosa común de Stari Krim, advirtió el Ayuntamiento. Los habitantes señalaron que no se les podía identificar dada la condición de los cuerpos.
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