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Intervención de Zelenski ante el Congreso de EE UU. EFE/Vídeo: ATLAS

Zelenski apela al espíritu del 11-S ante el Congreso de EE UU

El presidente ucraniano propone la creación de una nueva alianza de respuesta rápida para mantener la paz en el mundo. Biden anuncia una nueva partida de 800 millones en armamento para reforzar al ejército ucraniano

mercedes gallego

Corresponsal en Nueva York

Miércoles, 16 de marzo 2022, 15:01

Volodimir Zelenski dispuso este miércoles de 16 minutos para convencer al Congreso de Estados Unidos de que salve a su país, pero todas las palabras del mundo hubieran sido fútiles para lograr que el país imponga una zona de exclusión aérea. Por eso Zelenski tiró ... de toda la munición gráfica y emocional que tenía a mano, desde Pearl Harbour hasta el 11-S, pasando por Martin Luther King, sin dejar de agradecer la ayuda militar enviada hasta el momento por toneladas, «que está en la tierra, no en los cielo, no defienden a nuestra gente», les recriminó. «Yo tengo un sueño, una necesidad: Necesito proteger nuestros cielos. Os necesitamos ya, ahora mismo».

Ciertamente el futuro de Ucrania se decidía en esos momentos. Su pueblo luchaba cuerpo a cuerpo, con la capital, desde la que hablaba, bajo una lluvia de misiles. Pero el líder más mediático que haya tenido jamás una guerra, el primero que se bate también en las redes sociales, sabía lo que estaba pensando su audiencia de legisladores norteamericanos. «No veo ninguna posibilidad de que este Congreso se arriesgue a una guerra nuclear con Rusia, a no ser que Rusia la empiece», diría al salir la congresista californiana del Partido Demócrata Sara Jacobs, aún conmovida pero con la cabeza fría. Por eso Zelenski adelantó que, «si eso es pedir demasiado, os ofrezco una alternativa: Ustedes saben qué clase de sistema defensivo necesitamos. Los aviones que ayuden a Ucrania ayudarán a Europa. Sabemos que existen y ustedes los tienen, pero no están en los cielos de Ucrania».

El presidente Joe Biden le tenía preparados 800 millones de dólares en nueva ayuda militar, además de los 200 anunciados el sábado, pero la percepción es que será más de lo mismo: 800 sistemas de misiles antiaéreos Stinger, baterías javalinas, un centenar de sistemas tácticos de drones, 7.000 rifles, ametralladoras, lanzagranadas, cohetes anticarro, chalecos blindados y 20 millones de cartuchos de munición. Nada de lo que Zelenski buscaba.

El líder ucraniano quiere drones del tipo Switchblades, capaces de lanzar ataques mortales. «Hemos preguntado cuál es el status de ese pedido», dijo después el presidente del Comité de Servicios Armados, Jack Reed. Ucrania busca también los sistemas antiaéreos S-300 de fabricación soviética y rusa, que pueden derribar un avión o un misil en vuelo. Como ocurre con los cazas soviéticos MiG-29, el Pentágono no los tiene, pero sí otros países de la OTAN, cuya colaboración no ha conseguido. Por eso Zelenski siguió disparando al corazón de Biden. «Ser el líder del mundo significa ser el líder de la paz», sermoneó. Y por eso mismo el presidente norteamericano siguió resistiéndose a los dardos emocionales que pusieron en pie a todos los legisladores, con una larga ovación para el líder extranjero que algunos comparaban con Churchill durante la II Guerra Mundial.

A los legisladores les tocó contener la respiración y hasta las lágrimas cuando el mandatario ucraniano dejó paso en la pantalla a un vídeo que recogía el antes y el después de los ataque rusos en las ciudades ucranianas, donde hasta hace tres semanas los niños jugaban en los parques y los adultos cenaban animadamente en restaurantes. Una sociedad a imagen y semejanza que vivía su propio sueño europeo, momentos antes de que todo el horror de la guerra explotase en las calles.

Zelenski ha renunciado a ser parte de la OTAN, pero no a recibir la protección del mundo. Su nuevo sueño es una asociación de países unidos por la paz que ofrezca una respuesta rápida a las agresiones o crisis humanitarias en apenas 24 horas. La llamó U24, «una unión de países responsables que tengan la fuerza y la conciencia de parar cualquier conflicto de inmediato, proporcionar toda la asistencia que sea necesaria en 24 horas, y, si fuera necesario, incluso armas, sanciones humanitarias, apoyo político, financiero y todo lo que se necesite para mantener la paz y salvar al mundo de desastres naturales o fabricados por el hombre, crisis humanitarias o epidemias», describió.

El sueño de Martin Luther King todavía no se ha realizado, casi seis décadas después, pero Zelenski puede estar poniendo el dedo en la llaga de una realidad que los líderes del mundo todavía no están dispuestos a enfrentar: la incapacidad de las actuales instituciones multilaterales, creadas después de la II Guerra Mundial para mantener la paz en el mundo, que se han quedado obsoletas. «Tengo casi 45 años», les dijo el presidente ucraniano, «pero mi edad se detuvo cuando dejaron de latir los corazones de más de cien niños. No le veo sentido a la vida si no podemos evitar las muertes».

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