La unidad política de Bélgica contra la pandemia se resquebraja

La cuestión es que ya desde esta formación se había deslizado que si la pandemia sigue evolucionando en la actual dirección, la extensión de poderes especiales no tendría sentido. La vigencia de la excepcionalidad para Wilmès expira el 27 de junio. Lo pactado fueron tres meses que serían renovables por otros tres meses, hasta septiembre, si la líder política liberal, la primera mujer que dirige un gobierno federal en este país, lograba renovar la confianza antes del verano.

Y hace apenas mes y medio, muchos analistas políticos lo daban por hecho. Wilmès tendría el timón del país hasta septiembre, se subrayaba. Al fin y al cabo, había argumentos: la reconstrucción económica será dura y larga, el plan de desescalada (planteado en tres fases e incluso cuatro si se tiene en cuenta que no habrá evento público masivo antes del 31 de agosto) excede per sé de la primera fase del mandato. Y Bélgica, como el resto del países del globo, no se sacude el temor a un nuevo rebrote.

Pero en este tiempo ha habido decisiones cuestionadas. Desde el cómputo de los fallecimientos (aquí se tienen en cuenta los sospechosos sin diagnóstico previo vía PCR) que han llevado al país a liderar la tasa de letalidad por Covid-19, a medidas concretas como el permiso de apertura de guarderías y centros escolares para acoger a los pequeños mientras sus padres trabajaban o el las visitas a las residencias de ancianos (donde se están produciendo más de la mitad del total de muertes). Medidas estas últimas, que algunos gobiernos regionales se han negado a autorizar. Wilmès incluso chocó nada más asumir el control con los nacionalistas flamencos, que no estaban de acuerdo con clausurar la actividad escolar presencial o con el cerrojazo al comercio y la industria.

La cuestión es que hace apenas una semana, el 20 de abril, desde las filas de esta formación conservadora, la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), su presidente y alcalde de Amberes, Bart de Wever, apuntaba a que junio marcará el final del apoyo al 'Gobierno anti crisis'. Él ya está listo para retomar la negociación. Y al igual que él, los socialistas francófonos: «Salvo por razones de fuerza mayor, no pediremos la extensión de los poderes especiales». Los cristiano demócratas flamencos se han manifestado también en el mismo sentido. Así que las fuerzas políticas con mayor peso en Bélgica (incluidos los Verdes) están preparadas para volver a las 'eternas' negociaciones para conformar un gobierno estable.

Este martes el país sumó 134 nuevos fallecimientos, lo que eleva el total de decesos a 7.331, de los que el 53% se han producido en residencias de mayores y un 46% en los hospitales. El equipo de expertos informó asimismo de 123 nuevas hospitalizaciones en las últimas veinticuatro horas. De los 3.976 pacientes ingresados, 876 se encuentran en las unidades de cuidados intensivos (27 menos que el día anterior).

«Se sigue avanzando en la dirección correcta, la de disminución de camas ocupadas en los hospitales y especialmente en cuidados intensivos. Es clave para el proceso de desconfinamiento», destacó el comité técnico. La cifra oficial de contagios en Bélgica se sitúa en 47.334, con 647 nuevos casos ayer.