La ultraderecha alemana lleva a Merkel al Constitucional

AfD argumentó en su denuncia que la canciller empleó de forma partidista su papel como jefa del Gobierno para «boicotear» una elección democrática y legítima en un nivel administrativo independiente del federal. Que Merkel cometió «abuso de poder» para deshacer la elección como presidente regional de Thomas Kemmerich, al que apoyaron sus correligionarios liberales, los conservadores de Merkel y, por sorpresa, los ultraderechistas. AfD ha tramitado además su denuncia por procedimiento urgente, para «suspender inmediatamente el delito continuado del Gobierno y la canciller».

La extrema derecha, que desde 2017 es la tercera fuerza más votada en el Bundestag, señaló como prueba de ese supuesto delito de abuso de poder que tanto la canciller como el gobierno tienen colgadas en sus páginas web unas declaraciones que hizo Merkel durante su viaje oficial a Suráfrica, donde le sorprendió esta crisis política. En ellas tachó de «imperdonable» cualquier cooperación con AfD.

En Turingia se iba a elegir el pasado 5 de febrero a un jefe del Ejecutivo de La Izquierda, al que apoyaban también los socialdemócratas y los verdes, pero que no tenía mayoría. En la tercera votación y sin avisar, AfD presentó un candidato pero votó por el de los liberales (que habían lanzado a Kimmerich de forma simbólica para romper el bloqueo entre izquierda y derecha). Cuando con el «shock» del momento, el liberal aceptó el cargo, pese al lastre que suponía su dependencia de la ultraderecha, se inició un tsunami que acabó con su carrera política y la de varios cargos conservadores. Entre ellos su presidenta nacional, Anegrett Kramp-Karrembauer, sucesora de Merkel en la Unión Cristianodemócrata (CDU), que por sus fallos en la gestión de esta crisis anunció que no se presentaría como candidata a la Cancillería en 2021.

El resultado de este movimiento es una incógnita. El Tribunal Constitucional alemán es rabiosamente independiente, no esquiva las polémicas y modula al detalle sus sentencias, huyendo siempre del blanco y el negro. Además hay un precedente que no favorece a Merkel. AfD denunció con éxito al ministro de Interior, Horst Seehofer, porque publicó en la página de su departamento pasajes de una entrevista en los que criticaba a los ultraderechistas. El Constitucional falló entonces que los políticos, cuando hablan como miembros del Gobierno, deben mantener la «neutralidad estatal».