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Darío Menor
Roma
Miércoles, 22 de enero 2020, 13:39
El Movimiento 5 Estrellas (M5E), principal formación del Parlamento italiano, se queda sin su jefe de filas. Luigi Di Maio anunció este miércoles que dimite como máximo responsable político del partido pero continúa como ministro de Asuntos Exteriores. Su marcha debilita a la ... coalición entre el M5E y el Partido Democrático (PD, centro izquierda) que sostiene al Gobierno de Giuseppe Conte, aunque tanto el propio Di Maio como Nicola Zingaretti, secretario general del PD, garantizaron que el Ejecutivo sigue adelante.
«Tenemos el sacrosanto derecho de ser valorados al final de los cinco años de legislatura», dijo el dimisionario líder de la formación 'anticasta', cuyo cargo será asumido de forma interina por Vito Crimi hasta la celebración de un congreso el próximo mes de marzo. Entre los nombres que se barajan para sucederle destacan el de Alessandro Di Battista, uno de los dirigentes con más carisma del movimiento, y el del ministro de Fomento, Stefano Pattuaneli, considerado un moderado.
Di Maio se marcha harto de las luchas internas e invitando a su formación a una refundación. «Los peores enemigos son los que trabajan desde dentro no por el grupo sino por su propia visibilidad», denunció. Tras la brillante victoria en las elecciones legislativas de marzo de 2018, en las que logró un 32% de los votos, el M5E ha perdido a 31 parlamentarios entre expulsiones y cambios de chaqueta de diputados y senadores, que se pasaron sin empacho a las filas de la oposición o al grupo mixto. Sólo en los últimos dos meses se han producido 13 de esas bajas, lo que refleja bien el clima de división interna que se vive dentro de la criatura política fundada por Beppe Grillo en 2009.
También han pesado en la dimisión de Di Maio las pésimas perspectivas electorales. Los sondeos otorgan al M5E a nivel nacional un 16% en intención de voto, la mitad del resultado de las legislativas de hace dos años. Las citas con las urnas en los comicios regionales celebrados desde entonces en Abruzos, Cerdeña, Basilicata y Umbria supusieron un desastre tras otro. La misma debacle se espera en las elecciones que se celebran el domingo en Emilia-Romaña y Calabria. Di Maio quiso que el M5E se tomara un respiro y no acudiera a estas consultas electorales, pero su propuesta fue rechazada por los militantes.
Los sondeos vaticinan que el M5E superará levemente el 5% de las papeletas en Emilia-Romaña y Calabria. Si se confirmaran estas cifras se trataría de un nuevo resultado humillante para el partido, que sufrió un enorme desgaste durante los catorce meses que duró el primer Gobierno de esta legislatura, apoyado por una coalición entre el M5E y la Liga. La formación de Matteo Salvini resultó en cambio muy beneficiada al crecer desde el 17% de las legislativas a más del 30% que le otorgan ahora las encuestas.
La ruptura del pacto con la Liga el pasado verano y el establecimiento de una nueva alianza con el PD ha provocado nuevas tensiones. Grillo, que sigue teniendo una enorme influencia en el M5E pese a retirarse de la primera línea, es favorable a seguir estrechando posiciones con el centro izquierda, mientras que Di Maio prefiere mantener la independencia.
En su comparecencia de despedida como jefe político, el líder dimisionario mostró una cierta añoranza de los tiempos en que el movimiento era una fuerza de oposición. Presentó un escenario en el que el M5E esté fuera del poder y peligren algunas de sus reformas más importantes, como la ley anticorrupción o la que establece una renta mínima de ciudadanía. «No se puede volver atrás. Si tratan de abolirlas habrá miles de personas en las plazas para impedirlo y yo estaré con ellas».
Vale a todo en la campaña electoral? Para Matteo Salvini parece que sí. El líder de la Liga cruzó una peligrosa línea en su búsqueda del voto de cara a los comicios regionales que se celebran este domingo en Emilia-Romaña, histórico bastión de la izquierda italiana, al llamar al telefonillo de la vivienda de una familia tunecina residente en Bolonia para preguntar si trafican con drogas. Ante las indicaciones de una vecina y rodeado de periodistas, Salvini llamó al interfono y preguntó: «¿Puede dejarme entrar, por favor? Me han informado de algo grave y quisiera que usted lo desmienta. Me han dicho que usted vende parte de la droga que se distribuye en el barrio».
Aunque no le abrieron, el líder ultraderechista insistió en su escena y repitió varias veces el apellido de la familia tunecina. Su provocación propició un aluvión de críticas tanto de los otros partidos políticos italianos como del país norteafricano, cuyas autoridades exigieron una disculpa.
El diputado Sami Ben Abdelaali pidió avisar a la Policía si realmente existe un problema con esa familia y no organizar una escena ante las cámaras. El alcalde Bolonia, Virgilio Nerola, condenó igualmente a Salvini, acusándole de ser un irresponsable.
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