Derrota histórica del partido de Merkel en Baden-Württemberg y Renania-Palatinado

En los comicios en los estados de Baden-Württemberg y Renania Palatinado triunfaron como se esperaba los primeros ministros gobernantes con sus respectivos partidos. Dos políticos sumamente populares y estrellas en sus respectivas formaciones. En el primero de ellos y la región más rica de Alemania, volvió a vencer con autoridad y por tercera vez consecutiva el veterano verde de 72 años Winfried Kretschmann, que logró mejorar incluso su resultado de hace cinco años al superar el 31% de votos.

La CDU, que gobernó ese sureño estado alemán ininterrumpidamente durante 60 años hasta la llegada del carismático Kretschmann en 2011, cedió una vez más porcentajes y cayó por debajo del 24%, muy lejos de sus antiguas mayorías absolutas. También perdieron votos y en mayor medida aún los ultranacionalistas de la Alternativa para Alemania (AfD) que rondaron el 10%, mientras socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP) superaron también escasamente ese 10% de sufragios.

Tras gobernar la última legislatura con los cristianodemócratas como socio menor, Kretschmann cuenta ahora con otras alternativas, como un posible tripartito con el SPD y el FDP. La misma combinación política con la que la socialdemócrata Malu Dreyer, vencedora indiscutible en los comicios de Renania-Palatinado, ha gobernado su región durante los últimos 5 años y que desea renovar, según confirmó personalmente tras conocerse los resultados. Dreyer y el SPD superaron el 35% de votos este domingo, a la vez que la CDU registró también un retroceso histórico hasta algo más del 26% en ese estado. Los populistas de AfD perdieron también fuelle y no llegaron al 10%, mientras verdes y liberales sumaron el 8% y el 6%, respectivamente, suficiente juntos para dar mayoría a Dreyer en el parlamento de Maguncia y continuar gobernado con ella.

El tripartito de Renania-Palatinado y la posibilidad de que esa fórmula se repita en Baden-Württemberg es lo que causa escalofríos a los conservadores germanos. Los partidos de la Unión temen que el ejemplo de la «coalición del semáforo», la alianza que combina los colores tradicionales de socialdemócratas, liberales y verdes, se convierta en atractiva tentación para el electorado alemán en las próximas generales. CDU y CSU esperaban hasta ahora cambiar el SPD por Los Verdes como socio de gobierno en Berlín después del verano, pero esa posibilidad parece complicarse si el tripartito se convierte en alternativa real y los votantes descubren que hay combinaciones prometedoras que excluyen a los conservadores del poder. A cristianodemócratas y socialcristianos bávaros les da igual quien lidere ese amenazante tripartito, aunque todos los sondeos sin excepción sitúan a los ecologistas con diferencia como líder de los tres partidos.

Una pesadilla que se ha visto alimentada esta semana por el llamado «escándalo de las mascarillas», que ha conducido a la marcha forzosa del grupo parlamentario conservador de tres diputados, dos de ellos por sospechas de corrupción y enriquecimiento personal en gestiones para la compra de mascarillas para instituciones públicas en la crisis del coronavirus y un tercero por sus relaciones estrechas con regímenes extranjeros dictatoriales. Un escándalo que ha dañado seriamente la credibilidad de la CDU y ha empañado el estreno de Laschet como su presidente. Las elecciones regionales de hoy en Alemania han estado marcadas precisamente por la epidemia de coronavirus, que ha dejado los colegios electorales casi desiertos y con escasa asistencia. Un 50% de los sufragios registrados en Baden Württemberg fue enviado por correo. En Renania Palatinado fueron el 65% los ciudadanos que votaron desde casa para evitar contactos personales innecesarios.